La Audiencia Provincial acaba de absolver al propietario acusado de incendiar el piso en el que vivía en la plaza del Maestro Haedo por la inexistencia de pruebas que le incriminen directamente en el suceso para cobrar el seguro de la vivienda, ya que se produjo cuando el vecino de la capital se encontraba de viaje en Madrid y no pudo demostrarse que fuera el autor directo o indirecto. Los magistrados sostienen que el incremento de la póliza de seguros del piso se fue realizando año a año desde 2006 hasta 2011, lo que vendría a echar por tierra el argumento de la acusación de que el procesado lo hizo para poder percibir una importante indemnización en caso de siniestro. También descartan que sus posibles problemas económicos y la supuesta adicción al juego, solo indicios, puedan estar en el origen de este suceso que arrasó el piso de madrugada y del que se le acusa.

En la sentencia se apunta que "no es posible declarar probado que el hecho de que la situación económica en la que se encontraba el acusado fuera como consecuencia de los gastos excesivos o la afición al juego", como pretendía la acusación, y sí apunta como "probable" que "ese declive se produjera" por la "publicidad negativa que hubiera podido conllevar la querella" que los denunciantes interpusieron contra el imputado. Pleitos que coinciden con la ruptura de las relaciones empresariales con su socia al disolverse la empresa que compartían ambos. Los problemas entre esa firma y la aseguradora para la que trabajaba el acusado, "que concluyen con la retirada de la confianza y revocación del poder otorgado por la compañía", también coincidieron en el tiempo. Los magistrados apuntan que "las reticencias" de la compañía de seguros sobre la gestión del imputado en el incendio se producen a partir de la demanda de disolución de la sociedad en la que participaba este con su exsocia y querellante.