Unicaja Banco ha comunicado de modo oficial, tanto al Banco de España como al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, FROB, que absoverá Ceiss y la convertirá en una entidad filial. El Consejo de Administración de la entidad malagueña dio ayer el visto bueno a la operación. Lo que aún no se ha concretado son los mecanismos que utilizará Unicaja para hacerse con el control de Ceiss, que será su entidad filial en Castilla y León.

Ceiss, por su parte, hace gala de «solvencia» antes de entrar a formar parte de Unicaja Banco y asegura que es una entidad «consolidada». Además, aseguran, a la antigua caja de la región no le dolerán prendas a la hora de reiniciar su actividad sin ninguna rémora del pasado.

Braulio Medel, presidente de Unicaja, sale sin duda como gran vencedor de una operación que se ha dilatado durante casi tres años hasta su actual final. El Consejo de Administración de Banco Ceiss, reunido el jueves y del que se dio información oficial ayer, confirmó lo dicho por fuentes conocedoras del tema a este periódico en la noche anterior. Los responsables de la entidad regional tomaron conocimiento, oficial se entiende, y aceptaron los compromisos y limitaciones en relación con la actividad futura del banco fruto de Caja España y Caja Duero. Entre otras cosas: disminución de plantilla, cierre de más oficinas, limitaciones de actividad, reducción de riesgo en su actividad y aminoración de balance de más de un 28% hasta 2016. Poco tendrá que ver el «músculo financiero» de la región con el que llegó a ser después de la fusión de Caja España y Caja Duero.

Ceiss también se refiere en un «hecho relevante» remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores 24 horas después de su Consejo de Administración al proceso mediante el cual el FROB se hará cargo de buena parte de las reclamaciones por preferentes y deuda subordinada.

El fondo público se hará cargo del 71% de las posibles indemnizaciones hasta un máximo de 319 millones de euros, cifra que se reduce hasta los 241 a través de un mecanismo de compensación diseñado, mientras que el Banco Ceiss corre con el 29% restante. De este modo, los títulos que adquiera el FROB en virtud de las reclamaciones aceptadas por el juez serán valorados de acuerdo al cálculo que hizo la consultora Oliver Wyman para toda la entidad y cuyo precio quedó fijado en 334. De este modo, en caso de que se cubra con reclamaciones los 319 millones previstos, el FROB deberá recibir 78 millones de euros, si bien el Banco Ceiss no tendrá obligación de matrializarlo antes del 1 de enero de 2018. El acuerdo contempla como cautela la imposibilidad de que el FROB entre como accionista de Unicaja.

Detrás de la operación siempre quedará el rastro de dinero público que ha sido necesario para que Ceiss no quiebre. La entidad ha contado finalmente con un rescate de 1.530 millones de euros por parte de diferentes administraciones. En 2010, en el marco de la fusión de Caja España y Caja Duero, Ceiss recibió un rescate de 525 millones a través del denominado FROB 1. Una cantidad que en teoría debía devolver. En teoría. Ese dinero se perdió cuando el fondo de rescate se vio obligado a recapitalizar la entidad para evitar que tuviera que ser liquidada. En ese segundo tramo de ayudas Ceiss recibió 604 millones de las autoridades comunitarias. Además, hay que contar los cerca de cuatrocientos millones que supondrá el problema de las preferentes.

El consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, ha abogado por «mirar hacia el futuro» y «dejar atrás el pasado». La operación financiera permitirá a la región «contar con un banco castellanoleonés» como filial del malagueño, «lo que será bueno para las empresas y para las familias. Olvidémonos del pasado», exhortó tras el «largo proceso» de tres años para la culminación de la operación.

Villanueva quiso dejar claro que la dilación del proceso y sus consecuencias han sido resultado de la «crisis económica» y reseñó que «España ya no tiene cajas, tiene bancos». Asimismo lamentó el ajuste de personal en la entidad regional, con una reducción de nómina de 1.400 personas, pero incidió en que «la mayoría salió en buenas condiciones». Según el consejero Bruselas aceptó la integración porque consideró que «generaba un proyecto serio y solvente», que «salvaba puestos de trabajo» y que permitía otorgar buenos servicios financieros en Castilla y León y en Andalucía.