El Ministerio Fiscal solicitará un examen forense del joven que dice ser Cristo para que determine si puede ser imputable o no en la comisión de alguno de los delitos de los que podría acusarle en relación con el cuidado de sus hijas, es decir, si cuando los pudo cometer actuaba en sus plenas facultades mentales o lo hizo afectado por algún tipo de trastorno que modificó su conducta.

El fiscal que lleva el asunto elevará la petición del examen psiquiátrico por parte de los forenses al Juzgado de Toro, en el que se investigan los hechos que tuvieron lugar el 5 de marzo a la puerta de la casa rural de Villalonso en la que habitaba, hasta la que se desplazaron las madres y abuelos de tres de las niñas menores de edad que vivían bajo el mismo techo que el joven zamorano, un exempresario de la capital cuyo nombre es Jaime Sánchez Heras, radicado ya en la capital.

El joven investigado habría impedido el acceso a la vivienda a los familiares de las niñas, aunque finalmente abandonaron el lugar con su madre y sus abuelos al intervenir la Guardia Civil. En el Juzgado de Toro se interpuso denuncia, de cuyos términos no han trascendido detalles. El fiscal investiga si Sánchez Heras pudo incurrir en un delito, como el de retención de sus dos hijas, privando a su madre de estar con ellas. También analiza las circunstancias que rodean a este caso en cuanto a la convivencia con las niñas, por si las pequeñas, cuatro en total, han permanecido en situación de descuido, por tanto de riesgo para su integridad física o psíquica, con lo que sus progenitores habrían contraviniendo el especial cuidado que exige la Ley a tutores y a quienes ostentan la guarda y custodia de los menores de edad, exigencia que trata de garantizar la absoluta protección a los niños. La juez de Toro ya ha acordado que sean los abuelos maternos de las cuatro niñas quienes se hagan cargo de su custodia.

Otro de los posibles delitos en el que podrían haber incurrido el joven zamorano y las dos mujeres que habitaban en Villalonso está relacionado con el absentismo escolar, puesto que decidieron desescolarizar a las pequeñas, que durante casi un mes no acudieron al colegio del municipio, según el centro escolar, que lo comunicó a la Comisión de Absentismo, en la que están representados la Dirección General de Educación, los servicios sociales y la Fiscalía de Menores.

Ese el órgano que evalúa los casos de escolares que dejan de asistir a clases de forma continuada para tratar de reconducir tales conductas. Se apercibe a los padres y se realiza un seguimiento al alumno o alumna que se ausenta de las clases, sobre los que se emiten informes periódicos desde el colegio o instituto a la Comisión.

Si el absentismo continúa, la Fiscalía de Menores acaba presentando una querella contra los tutores o responsables de la guarda y custodia del escolar, ya que entre las obligaciones legales de aquellos está el de proporcionar una educación al niño o niña, lo que convierte la inasistencia a clase en un delito.

Dos de las cuatro niñas que residían en Villalonso con Sánchez Heras son hijas de las dos mujeres que viven con el zamorano, con el que únicamente comparten la forma de vida y sus creencias. En ambos casos, estas mujeres, a las que también se les ha privado de la guarda y custodia de sus vástagos, serán las que tengan que responder ante la juez de Toro en el caso de que la Fiscalía les impute alguna de las infracciones penales citadas, sobre las que todavía no hay un informe del Ministerio Público, en el que se aporten indicios o pruebas que puedan acreditar que los tres progenitores habrían sido autores de tales delitos.

El Juzgado de Toro continúa con las pesquisas sobre el incidente protagonizado el día 5 de marzo por el joven exempresario zamorano, su exesposa y los abuelos de sus dos hijas y de una tercera niña, vástago de una joven que habitaba en Villalonso, cuando estos fueron a recogerlas. Jaime Sánchez Heras y la otra mujer solo accedieron a dejar irse a las menores cuando se personó la Guardia Civil. En ese momento, entregó a las niñas con sus ropas a los familiares, que cursaron una denuncia contra el zamorano. Los agentes encontraron en ese domicilio a una cuarta menor de edad, hija de otra de las mujeres que vivía en la casa. Las cuatro pequeñas pasaron a estar bajo la tutela de la Junta de Castilla y León. La juez concedió la custodia provisional a los abuelos.