El Ayuntamiento de la localidad de Villalonso estudiará la posible adopción de medidas legales para exigir la retirada de la gran valla publicitaria en la que Jaime Sánchez Heras asegura: «Soy Cristo. Estoy vivo» y mediante la que invita a todos los «cargados y trabajados» a visitarle en la pequeña localidad de la comarca de Toro, donde él, afirma, los «hará descansar».

Así lo confirmó ayer la alcaldesa de Villalonso, Araceli Alonso, tras considerar que la valla publicitaria, situada a la entrada de la capital zamorana, proyecta «una imagen muy negativa para el pueblo».

Por el momento, el Ayuntamiento no ha concretado qué posibles medidas legales podría adoptar, aunque Alonso mostró abiertamente su preocupación por la información que contiene el cartel y el mensaje que transmite, así como su expresa alusión al municipio de Villalonso porque, a su juicio, «no procede» y daña la imagen de un pequeño pueblo que es visitado por numerosas personas interesadas en conocer el remodelado Castillo de Villalonso.

Por su parte, el Ayuntamiento de Zamora se desvincula del posible control y retirada del mensaje, aunque sí cobra una tasa a las empresas o personas titulares de las vallas publicitarias que hay repartidas por el casco urbano. La ordenanza municipal que controla estos soportes publicitarios cobra a los propietarios, pero no entra a valorar el contenido de los carteles a menos que se haya interpuesto una denuncia.

Llama la atención que una persona sin trabajo, al parecer desde hace varios años, pueda colocar una valla que puede costar alrededor de 200 euros al mes, más la impresión especial para aguantar las inclemencias del tiempo, lo que según fuentes consultadas podría ascender a unos 4.000 euros al año. Un precio que Jaime Sánchez, el protagonista del mensaje religioso, reconoció que no pagaba él mismo, sino «la gente que cree en mí».