Al contrario de lo sugerido hasta ahora en los círculos científicos, la aparición de los abortos en las ovejas no es consecuencia del proceso febril desencadenado por la infección por toxoplasmosis, sino que se debe al desarrollo de trombosis vasculares placentarias en estos animales.

Esta es la principal conclusión obtenida por el equipo de investigación de Anatomía Patológica Veterinaria en el que participa el biotecnólogo zamorano Pablo Castaño Labajo, y que está centrado en el estudio de la toxoplasmosis ovina. Se trata de una enfermedad infecto-contagiosa y una de las principales causas de abortos en la especie ovina, además de unas de las enfermedades que más se contagia a humanos, por lo que está considerado un importante problema de salud pública.

Los resultados obtenidos del estudio y el posible tratamiento son de gran importancia para los ganaderos, «aún más si cabe en nuestra provincia, teniendo en cuenta que es la que mayor número de cabezas de ganado ovino presenta en todo el país, y donde existe un porcentaje muy elevado de abortos asociados a esta enfermedad», se pronuncia el joven, que aunque está graduado en Biotecnología se encuentra inmerso en la actualidad en investigación asociada a la rama veterinaria, donde está completando su formación en la Universidad de León.

Estos abortos suponen para los ganaderos ovinos grandes pérdidas económicas y son, además, difíciles de detectar porque las ovejas no presentan ningún signo clínico más allá del proceso febril que permita prevenirlo. El problema es que los trombos provocan un proceso de anoxia fetal, lo que desencadena fallo reproductivo.

La investigación que actualmente se está llevando a cabo tiene una duración prevista de 4 años y está dirigida por los doctores Valentín Pérez y Julio Benavides. Con tan solo 22 años, el zamorano forma parte de este equipo, que realiza estudios de gran importancia en el campo de la anatomía patológica veterinaria mundial. «Mi trabajo con este grupo supone una gran motivación, pues es uno de los de mayor prestigio a nivel internacional», subraya el joven, que encuentra en la veterinaria una disciplina «muy interesante y con múltiples aplicaciones futuras».

Pablo Castaño estudió en el Colegio Rural Agrupado de Fonfría y completó sus estudios en el instituto Claudio Rodríguez de la capital. La carrera que escogió fue el grado en Biotecnología en la Universidad de León, donde en la actualidad cursa el Máster en Investigación en Veterinaria, que da acceso al doctorado en Veterinaria que quiere realizar en un futuro.