Los 33,8 millones de euros que debe la Diputación, fundamentalmente préstamos solicitados para acometer obras e inversiones sin necesidad de reducir el presupuesto ordinario, supone en torno a 171,47 euros por habitante (197.492). El gasto por habitantes es sin embargo muy superior, de 369,79 euros, la cantidad que se obtiene de dividir las obligaciones reconocidas por el número de ciudadanos. Estos son algunos de los datos que acaba de dar a conocer el diputado de Izquierda Unida, Francisco Molina, tras analizar y obtener lo que denomina principales «indicadores financieros y patrimoniales de la Diputación».

La inversión por habitante, es decir el parámetro que se obtiene al dividir las inversiones propiamente dichas por el número de habitantes, es de 145 euros durante el pasado año, una cifra que a criterio de Molina es más bien escasa. Otro dato a tener en cuenta, bajo su punto de vista, es el superávit de la institución provincial por cada habitante, y que alcanza los 232,47 euros. Se trata, explica Molina, «de la cantidad de euros que ha sobrado por habitante. Es decir, un desbarajuste total». La ejecución presupuestaria mide el grado de ejecución del 0 al 1 y, en el caso de Zamora, se sitúa en el 0,51, poco más de la mitad. «La tortuga provincial siguió su marcha en el 2006», reprocha el diputado. Por último, el representante de IU cifra en un 39% lo que denomina "esfuerzo inversor", que es el porcentaje que obtiene de dividir lo gastado en las verdaderas inversiones por todo lo gastado en general.

Indicadores financieros

La recaudación es elevada, casi un 80% sobre la programación anual de los cobros que proyecta la institución provincial en Zamora.

La autonomía de la Diputación, es decir, el porcentaje que se obtiene de dividir los derechos-ingresos-sin préstamo por todos los derechos adquiridos, es del 16%, una cantidad insuficiente, según los cálculos que ha realizado el diputado de Izquierda Unida.

En cuanto al esfuerzo inversor, lo gastado en las inversiones efectivas entre el presupuesto general, se eleva al 39%, algo «raquítico», a criterio del diputado de la coalición.