La crisis demográfica que afecta a la provincia de Zamora no cesará en los próximos diez años. Es más, según la Proyección de Población que realiza el Instituto Nacional de Estadística la situación se podría volver, y se volverá a buen seguro, bastante más insostenible. En 2023, dentro de diez años, el 73,2% de los zamoranos formará parte del colectivo llamado «población dependiente». Es decir, de acuerdo con las estadísticas, 73 de cada cien residentes en la provincia no serán productivos bien por tener menos de 16 años bien por estar ya en la edad de la jubilación. Otro modo de verlo es que solo 27 de cada cien personas de las que vivan en Zamora dentro de diez años tendrá edad para trabajar, es decir, serán «población productiva» a efectos estadísticos. A esto hay que añadir el hecho de que no toda la población en edad de trabajar lo hace pues dentro de este 27% hay que distinguir a los efectivamente empleados de otros colectivos como estudiantes o parados. Así las cosas no sería raro que en 2023, y de acuerdo con las estadísticas, solo dos de cada diez zamoranos trabajen. Un panorama demográfico ciertamente desolador.

No acaban aquí los malos datos. Zamora acentuará, de acuerdo con las previsiones del INE, su pérdida de habitantes hasta las dos mil personas al año. De hecho, las estimaciones dicen que la provincia tendrá menos de 170.000 habitantes dentro de una década por los casi 190.000 de la actualidad. El porcentaje de jubilados irá lógicamente al alza desde el 47% actual hasta el 56,2%. Una cifra nada despreciable que indica que más de la mitad de los zamoranos de 2023 tendrán más de 65 años. El invierno demográfico se cierra.

El porcentaje de población joven se mantendrá pero, si se tiene en cuenta que la población total sufrirá una acusada merma, el número de habitantes menores de 16 años verán como su número cae. Si ahora hay más de 20.000, dentro de diez años la cantidad total caerá hasta los 16.600. Porcentualmente la variación será casi imperceptible: del 17,6% de ahora al 17% de la próxima década. Zamora también sobresale en el panorama nacional si se analiza este dato por separado porque será la provincia con menos porcentaje de menores de 16 años. El relevo generacional, por tanto, se tambalea.

El resultado deja un panorama muy poco esperanzador para el futuro de una provincia que ya a día de hoy, y desde hace años, marcha en el grupo de más despobladas y envejecidas del país. Los problemas demográficos que el INE anticipa para todo el país, donde aumentará el porcentaje de jubilados y de población dependiente con respecto a los trabajadores en activo, aparece elevado a la enésima potencia en una Zamora que vivirá una nueva vuelta de tuerca, en términos de población, en los próximos diez años. La esperanza de vida es cada vez mayor (las mujeres zamoranas aparecen referenciadas en diversos estudios de población como las que cuentan con mayor esperanza de vida de todo el país) y los nacimientos no dejan de disminuir como consecuencia directa de la crisis económica.

Así las cosas, según la Fundación Renacimiento Demográfico y las conclusiones de un informe realizado en las últimas fechas, «es difícil predecir con exactitud la cuantía de los flujos migratorios» pero una vez se supere la crisis «la bajísima natalidad nos aboca casi con toda certeza a un panorama demográfico decadente», a una sociedad más envejecida «con graves implicaciones económicas, políticas y sociales».

Asturias

El invierno demográfico azota también a Asturias con especial virulencia. 65 de cada cien asturianos formarán parte en 2023 de la población dependiente y la tasa de personas mayores de 65 años alcanzará por primera vez el 45%.

Ourense

Otra de las provincias que aparece, generalmente, de la mano de Zamora entre las más envejecidas del país es Ourense. No en vano la provincia gallega será, en 2023, la única en todo el país que tenga más porcentaje de jubilados que Zamora: un 56,7%.

Zamora

La segunda con más población jubilada y la primera con menos población joven. No cabe duda de que la situación demográfica en Zamora durante los próximos años, lejos de mejorar, irá a peor. Solo Ourense tendrá más jubilados y más población dependiente. Los expertos alertan de las consecuencias económicas, políticas y sociales que puede provocar un elevado grado de envejecimiento de la población de un territorio determinado.