«La peor muerte es el olvido, pero con Justa creo que se ha hecho justicia». La autora del libro «Justa Freire o la pasión de educar», María del Mar del Pozo, ha recopilado la vida de la maestra natural de Moraleja del Vino que fue un exponente educativo en la escuela de la República, «y que aunque vivió fuera de Zamora, siempre hablaba de ella con cariño como su patria chica», relata la escritora.

Entre las «cajas y cajas» de material que la autora recopiló para trazar la vida de Justa, encontró una tarjeta posta que la maestra envío durante una visita a Zamora, probablemente en Semana Santa. «Ahí se comprueba que su época en Zamora fue muy feliz, le dice a su mentor y amigo Ángel Llorca que esa calle, Balborraz, es en la que ella vivió de estudiante durante cuatro años y que a ella le parece de las más simpáticas», comenta.

Sin embargo, le indica a su «Querido don Ángel» que « Pasa volando el tiempo aún en esta ciudad que parece dormida», también hace casi 90 años.

La autora de la biografía, profesora de la Universidad de Alcalá de Henares, viajó hasta Zamora para presentar el libro en un acto organizado por el Museo Pedagógico de la Universidad de Salamanca (Cemupe) y la FETE-UGT de Zamora, y apoyado por la Fundación Ángel Llorca.

Renovadora educativa y con una vocación que llevó hasta los momentos más duros, cuando enseñó a leer, cantar y escribir a las presas de la cárcel de Ventas en la que estuvo recluida durante la guerra civil.

Después de la contienda Justa volvió poco a Zamora y no hay constancia de que regresara a Moraleja, «sus grandes afectos ya no estaban y además a principios de los 50 tenía que pedir permiso para viajar, ya solo tenía contacto con sus primos, la familia Méndez y Reglero».

Ahora los alumnos de Magisterio tienen más fácil aprender de su vida y de su obra.