Las jornadas de consumo ecológico y responsable que organiza la asociación Naturalia abordaron ayer las características de los cosméticos que carecen de productos químicos. Pilar Rodríguez, distribuidora, explica por qué es conveniente empezar a conocer los ecológicos y utilizarlos.

-En el ámbito de la cosmética y desde el punto de vista de las materias primas, ¿qué tipos de productos hay?

-Actualmente, nos encontramos con cosméticos naturales, convencionales y ecológicos.

-¿Puede hablarnos de cada uno de ellos?

-Antes de nada, es preciso aclarar que en Europa no hay actualmente una regulación común para este tipo de productos. Solo hay sellos procedentes de asociaciones de fabricantes o sellos independientes con unos criterios similares. La normativa europea que existe para la alimentación no la hay para la cosmética. Por cosmética natural entendemos cualquiera que lleva componentes de origen vegetal no importa en qué proporción, puede ser mínima. Carece de certificación pero los establecimientos lo venden como si fuera convencional.

-¿Cuáles son los convencionales?

-La cosmética convencional está regulada por cada país, unos son más permisivos que otros. España, por ejemplo, admite algunas sustancias tóxicas o cancerígenas en pequeñas dosis.

-¿Qué diferencia hay con los cosméticos ecológicos?

-Es la cosmética que en su formulación exige un mínimo del 99% de materia vegetal de cultivo ecológico, todos los materiales han de ser reciclables, están prohibidas las parafinas ni siliconas ni organismos modificados genéticamente. En función de los sellos de certificación, se puede utilizar la miel o la cera de abeja.

-¿Cuáles son los riesgos de los dos primeros tipos?

-Aquellos que utilizan parabenes o perfumes sintéticos no son biodegradables y pueden tener un efecto perjudicial para la salud. Utilizan conservantes y principios activos no con la finalidad de mejorar el resultado, sino para evitar olores y que sea más atractivo. En el caso de los ecológicos, todo tiene una razón de ser. Aunque no soy experta en salud, sí se sabe que algunos de los elementos son cancerígenos.

-¿Qué elementos encontramos en los ecológicos?

-Lo primero que se emplea hasta en un 80% son los excipientes, la base del producto, que generalmente son aceites y grasas vegetales, lo más parecido a la estructura de nuestra piel: aguacates, almendra, mantecas de karité o cualquier aceite extraído de semillas. Después está el principio activo, que define la eficacia del producto, y suelen ser aceites esenciales o aguas clorales frente a vitaminas y oligoelementos en los convencionales.

-Actualmente, ¿qué clases de productos de esta clase podemos encontrar con la certificación ecológica?

-Muchísimos. Aunque no hay una normativa europea, ya hay varios sellos en Europa y la tendencia es que se unan. En cuanto a los productos, la gama es muy amplia ya que los cosméticos comprenden geles, desodorantes, champús o dentríficos además de cremas.

-¿Es complicado encontrarlos en los supermercados convencionales?

-Lo es. Actualmente hay una complicación añadida porque el número de sellos que los certifican es amplio y unos son más serios que otros.

-¿Los consumidores son conscientes de los riesgos que tienen los cosméticos convencionales?

-En un porcentaje muy elevado, no. No existe una conciencia sobre lo que usas y los efectos que tienen para tu salud y el medio ambiente. Hay sellos que se preocupan de la materia prima hasta la distribución, pero aún no se percibe.

-¿No hay especial interés por productos libres de química?

-Es algo nuevo para la sociedad, sobre todo en España, donde no hay ningún sello alguno, solo alguna asociación que los recomienda.