Expertos zamoranos piden el estudio «minucioso» del claustro de Palamós, una vez que el «Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya» publicó anteayer que se incoa el expediente para que el conjunto sea declarado Bien Cultural de Interés Nacional, el máximo amparo que permite la ley catalana de patrimonio.

El inicio del expediente conlleva ya la protección, algo de lo que el edificio carecía, e implica que «no se podrá desmontar o hacer cosas extrañas sin el consentimiento de la autoridad competente, habrá que establecer un horario de apertura al público para que lo visite varios días al mes y que se deberá permitir a los estudiosos acceder a él», lo que hasta el momento no se ha facilitado. Además el director general de patrimonio de Castilla y León, Enrique Saiz, recientemente, ha pedido un informe de sus últimos descubrimientos al historiador Gerardo Boto, quien relaciona el claustro con la Catedral Vieja de Salamanca y recreado por el anticuario zamorano Ignacio Martínez, porque si se demuestra que la construcción es salmantina se estudiará la posibilidad de que vuelva a la ciudad.

La luz verde a la declaración como Bien de Interés Cultural Nacional evidencia «que el historiador Gerardo Boto ha sabido defender la autenticidad y ahora hay que intensificar los estudios referentes al claustro», aseveró la arqueóloga Hortensia Larrén, a lo que el historiador, Luis Vasallo, ahondó que «hay que estudiarlo para comprobar si es un claustro original, si tiene parte románico o bien si es una mera copia», mientras que el experto Josemi Lorenzo subrayó: «Me interesa que lo que ha llegado hasta hoy se conserve, pero tenemos que estudiarlo con profundidad». Los historiadores hicieron estas declaraciones ayer minutos antes del inicio de una conferencia que complementa la muestra de la Alhóndiga sobre el álbum de Avrial, que se han publicado en el libro «Zamora Año de 1850».

Los dibujos de mediados del XIX del escenógrafo madrileño han permitido «identificar con verosimilitud la desaparecida Puerta Nueva y la Puerta de Toro, muy poco conocida». En la última «nos enseña lo que podría haber sido un portillo y que se convierte luego en un registro de desagüe, tal y como está ahora», dijo Hortensia Larrén, quien puso en relación las ilustraciones con el tercer recinto amurallado. La arqueóloga precisó que Avrial hizo un dibujo «muy sencillo y muy lineal del convento de San Pablo, que junto otros planos, es básico para reconocer cómo era».

El profesor de la Universidad de Valladolid, Luis Vasallo, aproximó a la Casa de los Momos. «La lámina que pinta Avrial ofrece un edificio igual al actual, con la salvedad de una puerta abierta hacia el este, que ahora no existe», puntualizó. También indicó que esta casa «ha perdido el volumen de su decoración porque a finales del XVII se malogró la crestería y las cornisas que protegían la fachada, aunque en una última restauración se ha situado un tejadillo para evitar el deterioro».

Por su parte el historiador Josemi Lorenzo señaló que «la puerta de doña Urraca que dibuja el madrileño presenta un murete que se derribó y es muy fiel a la hora de mostrar, tal y como muestran fotos del XIX, que la parte inferior del arco estaba excavada en la propia piedra».