El ruido afecta por las noches en la capital a uno de cada cuatro habitantes, el 25% de la población. Son los datos oficiales divulgados ayer por la Consejería de Medio Ambiente, que sitúan a Zamora entre las cuatro capitales con indicadores más altos de Castilla y León. Pese a ello, la región registra «una contaminación acústica en niveles medios y bajos», dijo ayer el consejero de Medio Ambiente y Fomento, Antonio Silván, la mayoría, procedentes del tráfico urbano. El responsable del área en la Junta de Castilla y León hizo estas declaraciones durante un sinopsio europeo ambiental, donde Silván recogió el premio a las mejores actuaciones para la calidad acústica otorgado por la Asociación Española para la Calidad Acústica (Aecor) en reconocimiento a los esfuerzos realizados por la Administración regional en la implantación de la Ley del Ruido.

Zamora es uno de los municipios que ya cuenta con un mapa de ruido y un plan de actuaciones que han servido para plantear un documento con medidas correctoras en los puntos de mayor contaminación acústica de la ciudad. Además de la aplicación de asfalto fonoabsorbente y la construcción de barreras acústicas, el informe estipula mejoras en la regulación semafórica y en la vegetación así como restricciones de acceso de vehículos, señalización disuasoria y hasta la adecuación o sustitución del mobiliario urbano instalado en las calles de la capital.

Los tramos con mayor tráfico analizados por la Junta de Castilla y León corresponden, en el caso de las infraestructuras, a la CL-605 entre ZA-610 y Zamora, es decir, la correspondiente a la salida hacia Moraleja del Vino. En la capital, Tres Cruces, Pantoja, San José Obrero y San Lázaro son los barrios de la capital más castigados por la contaminación acústica.