Paco Fernández es uno de los integrante de Sine Díe, formación musical que actúa esta tarde, a partir de las 20.30 horas, en el Principal dentro del ciclo «Días de teatro para Agustín García Calvo», iniciativa en la que mañana personas cercanas al intelectual, entre los que figuran integrantes de la Tertulia del Ateneo de Madrid o su compañera sentimental, Isabel Escudero, recitarán versos del zamorano así como de los autores y poetas que le acompañaron durante su vida en «Ronda de vivos y muertos».

-Su relación con el desaparecido pensador zamorano venía de largo.

-Tuve la suerte de conocerlo cuando regresó de su exilio en Francia. Recuerdo que estaba empezando mis estudios de Filosofía y conocerle fue descubrir la filosofía, el pensamiento y capacidad de razonar en estado puro. A lo largo de los años el contacto con él y con su familia ha sido muy intenso e incluso vino a Marbella varias veces a participar en lecturas poéticas. Agustín era un amigo y su pérdida para mí fue como la de alguien de mi familia.

-Por su dedicación ha musicado mucha de la poética de García Calvo. ¿Qué destacaría de ella?

-Es de las más complejas con las que me he relacionado. Él la dividía en dos campos, canciones y los soliloquios. Agustín consideraba las canciones como las más factibles de poner música y entendía los soliloquios como estructuras poéticas más complejas y con mucha música porque de él hay que destacar que tenía una tremenda sabiduría en el campo de la lengua y de las clásicas. Sus estructuras métricas vienen del latín y del griego antiguo. Él trabaja la poética con esquemas rítmicos muy complejos. Así en «La Ilíada» la escribió basada en el hexámetro, un verso griego antiguo que él adaptó.

-De las muchas facetas que trabajó García Calvo, ¿cuál destacaría?

-Era genial dentro de la rítmica poética, pero personalmente ensalzaría la tremenda potencia intelectual en sus tratados de lenguaje que son obras maestras en este campo. Son textos que trasciende el nivel local, tienen un nivel universal. Él ha desmenuzado la gramática y ha generado nuevas perspectivas en este campo. Sus tratados del lenguaje deben estudiarse en profundidad. Su obra cumbre, desde mi punto de vista, es «El tratado de métrica y prosodia y de métrica y versificación». Era un sabio y un trabajador tremendo y un estudioso del lenguaje. Reivindico su figura de lingüista. Creo que su trabajo es muy desconocido porque prefirió mantenerse al margen de los cauces académicos estrictos, lo que también engrandece su pensamiento.

-Sine Díe, formación musical que fundó y de la que forma parte, ofrece hoy un recorrido por la poética del erudito zamorano.

-Era obligado participar por mi amistad personal con él. Hemos musicado muchos poemas suyos y también de su compañera Isabel Escudero. No hemos podido participar en otras actividades que se han hecho porque estamos en Marbella, pero nos han propuesto venir y teníamos que estar. Siempre he tenido mucho respeto por los versos de Agustín y la música de cada poema es muy minuciosa, algo que aprendí de él. Quienes asistan al concierto van a escuchar textos de Agustín y piezas instrumentales de nuestros discos así como recitaciones, por parte nuestra, como parte del espectáculo.

-¿Entre los temas que van a cantar hay estrenos?

-He querido que sea un concierto completo dedicado a Agustín y a su poética. Es un recital poético musical en el que tocaremos cuatro canciones ya presentes en algunos de nuestros discos y estrenaremos otras siete piezas basadas en poemas de Agustín. Ahora hemos musicado un soneto que escribió de joven y temas de «Canciones y soliloquios», de «Valorio 42 veces» y de «Libro de conjuros».

-Al Principal hoy se sube Sine Díe en su modalidad de sexteto.

-Sí hoy actuamos los seis. Muchos han descubierto a Agustín a través de mí y todos estamos encantados de volver a tocar en Zamora, donde hemos actuado en la plaza de Claudio Moyano, en la plaza de toros y en el Principal. Actuaremos Pepa Campos, la cantante, Francisco Barrientos, quien toca el saxo soprano y la flauta, José Rivero, flautistas, Jesús Antonio Rodríguez, bajista, así como Juan Fernández, zanfona, percusión y mandolina y yo mismo.

Uclés, Cuenca.

Zamorano de adopción, dado que pasó su juventud en esta ciudad donde reside su familia y donde descubrió su vocación por la música. Estudió Filosofía y desde hace más de 30 años reside en Andalucía. Dirige en Marbella un taller de música moderna. Junto a su hermano Juan creó el grupo Sine Díe, hace más de tres lustros. Los hermanos Fernández pusieron en marcha esta formación movidos por el deseo de recuperar el discurso de las guitarras acústicas y la poética. Comenzaron a prestar atención a músicas célticas y antiguas para luego crear temas sobre versos de distintos autores como Agustín García Calvo.