-¿En qué consiste el ecoturismo?

-Es el turismo responsable en áreas naturales que conserva el medio ambiente y mejora el bienestar de la población. La demanda turística aumenta en el medio rural y un ecoturismo bien planteado puede ser una herramienta de desarrollo. Pero iniciativas desordenadas y malas prácticas pueden también suponer efectos negativos.

-¿Cómo dinamiza el lobo vivo la actividad económica?

-La presencia de lobos en los ecosistemas zamoranos es un lujo zoológico porque han desaparecido en gran parte de Europa. Estimamos que en la Sierra de La Culebra las visitas motivadas por la presencia de lobos suponen un impacto económico cercano a los 500.000 euros anuales derivado del alojamiento y manutención en las casas rurales de la zona. Cada vez somos más los que, atraídos por el lobo, vivimos en la zona y generamos beneficios en ella, compramos en las tiendas de los pueblos, realizamos actividades con los turistas, repostamos combustible o frecuentamos los bares y restaurantes. El lobo vivo es rentable.

-¿Cómo pueden coexistir lobos y ganaderos?

-En el noroeste zamorano hay ganaderos que con la ayuda de sus perros mueven diariamente más de 1.200 ovejas y las pérdidas generadas por los lobos son prácticamente inexistentes. Las indemnizaciones no mejoran la opinión del ganadero frente al lobo ni evitan nuevos ataques. El uso de mastines, pastores eléctricos y corrales de protección son herramienta idóneas para compatibilizar la labor ganadera. El lobo puede generar un problema puntual, pero debemos de pensar globalmente: la crisis agropecuaria no se debe al lobo. Los precios, la competitividad, las enfermedades, los intermediarios, los productos extranjeros y la falta de renovación generacional son los problemas reales de este sector.

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