Hoy podemos afirmar que Zamora constituyó el centro de estudios Talmud-Torá más importante de España y Portugal durante todo el siglo XV y que su influencia se extendió por toda la diáspora sefardí después de 1492; el artífice de semejante proeza intelectual fue un rabino zamorano prácticamente desconocido, pero cuya impronta educativa reconocieron sus discípulos a través de los siglos.

Isaac ben Jacob Campantón (1360-1463) estudió con su padre, quien igualmente fue rabino, y si hasta el momento no podemos asegurar que Campantón nació en Zamora, sí sabemos que vivió la mayor parte de su vida en la ciudad del Duero donde fundó la mencionada escuela de estudios judíos. Escribió un solo libro titulado Los caminos del Talmud, cuyas ediciones se realizaron entre otras ciudades en Venecia, 1565; Mantua, 1593; Amsterdam, 1706, 1711, 1754; y Viena, 1891.

Según Abraham ben Salomón Torrutiel (1482-¿?), cronista histórico y autor del Libro de la Tradición (1510), antes de fallecer Campantón deambuló por Castilla, yendo a visitar en Peñafiel el sepulcro del conocido rabino Isaac Gikatilla (1248-1305); el propio Campantón fallecería en la misma ciudad pocos días después con 103 años de edad. Entre los testimonios más elocuentes sobre esta figura zamorana tenemos el del astrónomo y matemático Abraham Zacuto (1452-circa 1522) quien en su Libro de los Linajes afirmó que «quien lo vio (a Campantón) vio el rostro de la Presencia Divina» mientras que el propio Torrutiel llamó al rabino de Zamora «lumbrera de los desterrados, de cuyas aguas viene bebiendo todo Israel hasta el día de hoy».

Entre los discípulos destacados de Isaac Campantón en Zamora estuvieron: Isaac de León (fallecido poco después de 1492 con más de 70 años), Isaac Aboab II (1433-1493) y Samuel Valensí (1435-1487), todo ellos fundadores de sus propias escuelas en Toledo y Guadalajara a partir de los métodos de enseñana del maestro zamorano. Una parte de la familia Valensí emigró a Marruecos donde igualmente fundó escuela. Es muy posible que otros conocidos rabinos como Isaac Arama (1420-1494) y Abraham Saba (1440-1508) estudiasen en la escuela Talmud-Torá zamorana así como el hebraísta converso Alfonso de Zamora (1474-1545), quien al final de su vida se llamó a sí mismo «el último de los sabios de Sefarad».

En su libro Nomologías o Discursos Legales (1629), Imanuel Aboab (1555-1628) llamó a Isaac Campantón la figura principal de la novena era de los Rabanim o Maestros españoles, recordando que fue nombrado Gaon de Castilla, un título que ningún rabino había recibido desde la época de Nahmánides (1194-1270). Esta misma información la recogió Joseph Pérez de Castro en el Tomo I de su Biblioteca española (1781). La impronta de Campantón llega hasta nuestros días considerándosele uno de los primeros estudiosos en aplicar el método aristótelico del lenguaje a las escrituras sagradas hebreas por lo que se le aprecia como el padre del método especulativo en ese campo.

A la ya extensa lista de personalidades zamoranas en todas las épocas debe ser incluida y homenajeada la de Isaac Campantón (1360-1463), cuya labor es evidencia de la importancia de Zamora, capital y provincia, en el mapa de Sefarad, como los judíos llamaron a la penísnula ibérica por varios siglos.

(*) Catedratico de Literatura e Historia Hispanoamericana en la Universidad Viterbo, en Lacrosse, Wisconsin (Estados Unidos), realizador del documental «Zamora sefardí» (2013).