La entrada en vigor del certificado de eficiencia energética, obligatorio desde hace unas semanas para todas aquellas viviendas cuyos propietarios quieran vender o alquilar, ha supuesto una carga extra de trabajo en las inmobiliarias de la ciudad, obligadas a realizar un trabajo extra para adecuar su oferta a las nuevas exigencias legales. Los trabajadores del sector opinan que la mayoría de sus clientes «desconocía» la entrada en vigor de esta nueva normativa, que obliga a que un técnico especializado evalúe el grado de eficiencia energética de sus casas para poder ponerlas en el mercado. Los empleados de las inmobiliarias, por tanto, se ven obligados a ponerse en contacto con sus clientes para explicarles las novedades en el asunto y poder seguir adelante con la venta o alquiler del inmueble.

«Estamos llamando a todos los clientes porque la mayoría no tiene este certificado o ni siquiera sabe que existe la obligación de tenerlo», relata una trabajadora del sector en la ciudad. Los últimos días, por tanto, han sido «un no parar» de llamadas entre profesionales y clientes para intentar solucionar esta nueva situación. La certificación energética, apuntan los expertos, es también obligatoria para los edificios de nueva construcción.

Uno de los principales escollos que encuentran los trabajadores de los negocios de compra y venta de viviendas surge cuando comunican a sus clientes que esta certificación tiene un coste «que puede oscilar entre los cien y los doscientos euros teniendo en cuenta el tamaño del piso en cuestión», detalla Pedro Aguado, un trabajador del sector en Zamora. «A la gente le pilla por sorpresa y con la situación que estamos atravesando no resulta agradable que ahora te digan esto», indica este profesional. Con el mercado inmobiliario parado y las dificultades que ya se encuentran aquellos que quieren vender o arrendar su vivienda «no cae bien» que ahora haya que asumir otro gasto, «aunque parezca que no es mucho».

La entrada en vigor de esta etiqueta energética ha causado «desconcierto» entre las inmobiliarias y vendedores por «la falta de información» que han recibido sobre un certificado que ahora es obligatorio. Lo cierto es que ahora la situación empieza a normalizarse pero hasta hace unos días muchos no conocían los detalles de la normativa en cuestión.

Las inmobiliarias tienen que reformar sus escaparates para incluir en la información de los pisos que exponen las características energéticas acreditadas por los técnicos en las viviendas. Esto obliga a un nuevo gasto en estos negocios en una época en la que su actividad se ha reducido.