«Le hemos visto crecer y ha visto nacer a nuestra hija de tres años, se adaptan bien y rápido»

Dejan atrás su desierto para conocer una realidad paralela a la suya. Hasta 37 familias zamoranas dieron ayer la «merhaba» -bienvenida en árabe- a 45 niños de ocho a doce años procedentes del campo de refugiados del Sáhara y que permancerán dos meses en Zamora. Agotados por el viaje, expectantes por reencontrarse con sus familias de acogida y con lágrimas en algunos casos por la separación de sus padres, los niños arribaron ayer a la capital mientras que sus familias zamoranas esperaban ansiosos su llegada en la Plaza Mayor. Junto a ellas permanecía la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, la primera en recibir a la tripulación saharaui.

La mayoría de los niños que participa este año en el programa auspiciado por la Asociación Zamora con el Sáhara repite, aunque diez lo hacen por primera vez. Lo mismo ocurre con los padres de acogida, la mayoría, veteranos aunque algunos se estrenan «con nervios en el estómago», explicaba ayer Teresa González, mientras esperaba a que llegara su niña saharaui. «Hay que animar a los zamoranos a que participen en esta iniciativa para ayudar a los niños que no vienen por gusto, pasan necesidad», expone la burgalesa, que vive desde hace años en la capital. Otros padres ya conocen la dinámica de la adaptación: «Al principio les cuesta un poco pero se adaptan rápido», explica Miguel Ángel Vara, que participa en el programa por quinto año consecutivo con Mohamed Ali, de 12 años. «Le he visto crecer y vio nacer a mi hija de 3 años», explica, sin obviar que «es un niño cariñoso, amable, obediente y muy educado, nos deja rotos cuando se va».

También con nervios y un deseo enorme de abrazar a su hija de acogida se mostraba ayer Teresa González, de Moreruela de los Infanzones. Durante cuatro veranos cuidó de un niño y los últimos cuatro, de una niña de once años, llamada Teslem. «Aprendemos muchísimo de ellos», reconoce. Tanto es así que una de sus hijas, de 21 años, viajó este año al Sáhara para conocer a la familia de su hermana de acogida. «Fue una experiencia increíble y me recibieron muy bien, te dan todo lo que tienen», explica Vanesa Rodríguez, quien asegura estar «deseando repetir».

<Miguel Ángel Vara >

Padre de acogida (Benavente)

«La despedida siempre es dura porque aprendemos mucho de ellos, estamos deseando verles cada año»

<Teresa González >

Madre de acogida (Moreruela de los Infanzones)

«Estuve este año con ellos en el Sáhara y fue increíble, te entregan lo poco que tienen»

<Vanesa Rodríguez >

Hermana de acogida (Moreruela de los Infanzones)

«Todos deberíamos traer a un niño de acogida porque nos dan una verdadera lección de humildad»

<Teresa González >

Madre de acogida (Zamora)