A una pregunta del diputado de Izquierda Unida, Francisco Molina, en el pleno ordinario de junio celebrado este viernes el presidente de la institución provincial, Fernando Martínez Maíllo, volvió a responsabilizar de la parálisis de la plaza-mirador sobre el Duero al conjunto de arquitectos que han llevado la dirección de obra, comandados por el sevillano Juan González Mariscal. «Quienes se han equivocado en la zona trasera no van a ser parte de la solución», apuntó para justificar la redacción del nuevo proyecto que convertirá la zona de retaguardia del «Ramos» en salas para celebrar congresos por funcionarios de la casa con la ayuda de una asistencia técnica externa.

El responsable de la Administración provincial avanzó que la Comisión de Patrimonio de Zamora «ya ha dado el visto bueno», paso previo a la solicitud de licencia municipal para ejecutar las obras, que conllevarán la inversión de otro millón de euros. El nuevo documento propone la creación de tres salas de congresos de diferentes tamaños y aforo, con servicios comunes y entrada independiente por la calle Alfonso XII.

De hecho, la trasera es la única parte que quedará por finalizar tras la entrega del equipamiento escénico este mes de junio, junto con las taquillas, ubicadas en un pasillo de servidumbre reclamado por la comunidad de vecinos del edificio situado justo al lado. Desde la institución insisten en que este último contratiempo «es un problema menor» que «no condicionará» el proyecto.