Cuatro personas, dos motivaciones y un punto común, «continuar siempre hacia adelante, por muy mal que vayan las cosas seguir siempre caminando», afirma Ana María Martín, quien junto a su marido, Miguel Niubo, recorre España en protesta por el aumento del paro.

En su periplo se han cruzado con numerosas personas, pero Miguel Manresa y Javier Hernández han sido de los más especiales para ellos, «son unas personas entrañables que sirven de ejemplo con su filosofía de vida y su superación personal. Como el resto de los que hacemos el Camino nos sentimos libres en esta aventura», explica el matrimonio.

A Miguel Manresa, que necesita una silla de ruedas para desplazarse, recorrer la Vía de la Plata no es un sufrimiento, «todo lo contrario, resulta fascinante», afirma el peregrino, que realiza el Camino de Santiago con una handbike, es decir, una bicicleta que impulsa con sus brazos y manos, en vez de con sus piernas, y en la que lleva enganchada la tradicional silla de ruedas con la que se mueve cuando llega a su destino diario. A su lado, su amigo Javier Hernández, con el que comparte las dificultades y sobretodo «todo lo especial que se vive mientras se recorre cada pueblo o ciudad, y cuando se saborea cada minuto», se pronuncian estos peregrinos naturales de Palma de Mallorca, que salieron el pasado siete de mayo de Sevilla y esperan estar en Santiago de Compostela en diez días.

En vez quedarse en casa y sentados en el sofá esperando un trabajo, Ana y Miguel decidieron salir y dar un tinte reivindicativo a su marcha, que suma ya 4.000 kilómetros desde su salida, el 22 de marzo, desde Lloret de Mar. En su blog (http://los-8000-de-miguel.blogspot.com.es/) recogen y comparten sus experiencias, entre las que se encuentra el recorrido de varios caminos históricos, como el de El Cid, o la Vía de Plata, que realizan en la actualidad.

En sus bicis, con las que recorren el país, llevan una bocina, «que tocamos y con la que animamos a la gente a no rendirse», explica el matrimonio, que como no contaba con recursos recibió la ayuda de la tienda Freebike de Blanes, que los vistió para la aventura y les reparó las bicis de forma gratuita.

Decenas de anécdotas se van acumulando en la mochila de estas personas, a las que el Camino más que cansar les da fuerza para avanzar en sus luchas personales, gracias a las que sirven de ejemplo a muchos otros con los que comparten su ilusión a lo largo de la senda que van dejando atrás.