No hay Día del Libro que se precie en el que las letras no invadan la mayor parte de los centros educativos zamoranos. Esa es la máxima que han seguido desde el instituto Río Duero de la capital, en el que se han lanzado a la organización, por primer año, de lo que han llamado el «Librotrueque. Trae un libro y llévate otro».

La biblioteca del centro ha sido el lugar escogido por los organizadores para desplegar el cerca de un centenar de obras para intercambiar que han reunido entre toda la comunidad educativa, «esos libros que ya has leído y que no tienes pensado volverlo a hacer. Es una pena tenerlos en la estantería cuando puedes intercambiarlos con otra persona», explica el director del centro, Tino Losada. «Lo que antes se hacía a nivel particular, entre amigos» el centro lo organiza a una mayor escala «para involucrar a los más jóvenes en el proyecto de animación a la lectura».

Los alumnos consiguen un bono al entregar un libro y pueden canjearlo por otro de los que vean en el instituto y les llame la atención. «Mientras se montaba el espacio para el trueque muchos ya habían echado un ojo a alguno de los libros y querían reservarlo, había muchos que les apetecía leer», se alegra el director.

Las novelas de ciencia ficción son los libros que más atraen a los más jóvenes, aunque entre la «oferta» se pueden encontrar textos en inglés, libros antiguos, modernos... y ¡hasta un manual de Taekwondo!

El instituto Río Duero está especialmente vinculado al fomento de la lectura entre sus alumnos, gracias a lo que ha conseguido varios reconocimientos educativos como el premio nacional Francisco Giner de los Ríos.

Este año la lectura está en la «primera línea» de los objetivos del instituto, donde se ha organizado un concurso de asimilación de palabras. «Los alumnos tienen que llegar a la raíz y concluir que provienen del mismo vocablo, es una actividad muy interesante, formativa y divertida para los alumnos, ya que se van dando una serie de pistas para que vayan avanzando en la investigación», explica Losada.

Centenares de historias para compartir y miles de personajes por conocer, que se esconden dentro de las tapas de los libros que los alumnos han decidido compartir con sus compañeros. Toda una actividad educativa para disfrutar en grupo, y que por la buena acogida demostrada tiene muchas opciones de continuar en años sucesivos.

Durante las próximas semanas las historias que quedaron olvidadas en las estanterías cobrarán vida en manos de otros compañeros que les han dado una segunda oportunidad.