Con cazadoras nuevas, compradas especialmente para su viaje a Zamora, medio centenar de jóvenes de la Isla de la Reunión pasan dos semanas en la capital para mejorar su nivel de español.

Los inviernos suaves del departamento de ultramar de Francia, situado entre Madagascar y las Islas Mauricio, en el océano Índico, hacen que los escasos copos caídos en la capital durante los últimos días hayan sorprendido de forma especial a los jóvenes, «que es la primera vez que ven algo así», explica David Etheve, monitor del grupo que lleva diez años trayendo a Zamora estudiantes de esta isla a través de la empresa Linguatur de español para extranjeros.

Desde 11.000 kilómetros de distancia han llegado los alumnos, de entre 13 y 18 años, y procedentes de todos los colegios públicos y privados de la isla. Su objetivo: «aprender el idioma de la mejor manera, que es venir aquí y vivir con gente nativa», señala Etheve, que afirma que el español es uno de los idiomas que más escogen los estudiantes, a los que en sus escuelas se les da a elegir entre el alemán, el chino y el castellano.

Durante su estancia en España, aprovechan para conocer otros lugares, y viajan a Segovia, Ávila, Salamanca o Toro, ya que «somos una isla muy pequeña, de 2.500 metros cuadrados, y si queremos conocer gente tenemos que salir y viajar», afirma el acompañante de los alumnos, quien cada vez que viene a Zamora reconoce que «es algo mágico, descubro algo nuevo».

El grupo aprovecha así las dos semanas de vacaciones que tienen cada cinco de clase, según el calendario escolar de la isla, que «respeta el ritmo de aprendizaje de los alumnos».

Aunque la isla recibe numerosos turistas alemanes e ingleses, estos alumnos apuestan por el aprendizaje del español, aunque pocos llegan hasta el territorio francés. «Para los españoles está muy lejos y además les resulta muy cara tanto la vida allí como el viaje», señala el monitor.

Por eso, además de disfrutar de la cultura y aprender el idioma, aprovechan para comprar ropa y regalos para ellos y su familia, «estoy muy contento porque así también contribuyen a la economía española, y eso siempre es positivo», señala David Etheve, de Linguatur, que lleva en la capital Viajes Sanabria.

Felices de ver nieve, aunque no tanto de pasar frío, el grupo volverá a finales de semana a su país con el recuerdo de su familia zamorana en la mente y el idioma español más presente que nunca.