Las princesas, bufones y caballeros volvieron ayer al castillo de la mano del proyecto educativo puesto en marcha por el colegio Juan XXIII de la capital y el CEIP Sansueña, de Santibañez de Vidriales.

La Edad Media es el tema sobre el que giran las actividades que los alumnos y los profesores responsables realizan todos los viernes del curso, cuando ambos colegios dedican una sesión a realizar actividades conjuntas a través de videoconferencia. «De esta forma nuestros alumnos han aprendido las partes de un castillo, quiénes vivían en ellos, cómo vestían las personas de entonces, en qué trabajaban, etc.», se pronuncia Sandra Román, una de las profesoras responsables.

A los menores no se les ha escapado durante este tiempo el castillo de Villalonso o la torre del caracol en Benavente, monumentos que han podido analizar en clase, aunque ellos prefieren pisarlo con sus propios pies, como hicieron ayer en la fortaleza medieval de la capital.

Para ir ensayando la sensación de visitar un castillo, ellos mismos han construido uno en sus aulas con material reciclado: cajas de cartón y cajas de zapatos. Los niños de Primaria han elaborado los banderines que decoran la entrada al castillo y las madres del AMPA, «siempre dispuestas ha colaborar en todo aquello que se le pida» han fabricado un caballero y una dama de la época que reciben a los visitantes a la entrada de la peculiar construcción.

Según explican las maestras, Sandra, Carmen y Marta, una de las actividades con la que más disfrutaron los estudiantes fue «cuando los dos emisarios del Reino de Santibañez vinieron un poco antes de que llegara al colegio el autobús con los niños de ese reino, y nos enseñaron varias armas medievales como una ballesta o una espada, con la que nombraron caballeros a todos los niños, sabiendo la importancia de esa distinción, que los hacía responsables del castillo», explican.

Una vez dentro del castillo, los alumnos tenían la misión de buscar el tesoro que guardaba en su interior (una caja de caramelos) y que estaba custodiado por un dragón, «precisamente detrás de una escultura de Baltasar Lobo, al que previamente habíamos estudiado en clase», señalan las docentes.

La actividad histórico-lúdica se completa con la elaboración conjunta entre los alumnos de los dos colegios de un cuento medieval titulado «La princesa y el castillo». Un centro ha elegido los personajes de la historia, mientras que el inicia la historia, realiza los dibujos y se lo envía a sus compañeros para continuar con el original cuento.

Un proyecto reservado para auténticos príncipes y princesas, a los que ya no se les escapa ni un detalle de la vida de la sociedad durante la etapa de la Edad Media.