El trascoro de la Catedral alberga desde ayer un conjunto de trece lienzos con las representaciones de los doce apóstoles y sus respectivos artículos del credo más la de Cristo Salvador bendiciendo a los niños, que en el año 1784 ocupaban la sacristía de la capilla de San Ildefonso o del Cardenal y que posteriormente fueron trasladados al vestuario capitular del templo.

Con motivo del Año de la Fe desde el Cabildo han determinado, con fines pastorales y culturales, restaurar y exponer estas pinturas fechadas el segundo cuarto de siglo XVII y «posiblemente realizados por un taller italiano», indicó el responsable de Patrimonio de la Diócesis y director del Museo Diocesano y Catedralicio, José Ángel Rivera de las Heras, quien precisó que en la sacristía de la catedral de Granada «se conserva un Apostolado, procedente de Italia, semejante al zamorano, dado que siete de sus trece composiciones son casi idénticas a las de Zamora».

Las figuras apostólicas, que «se encontraban en riesgo de perderse», están identificadas por las inscripciones con sus nombres, situadas en el ángulo superior del lienzo, y por las cartelas que contienen de nuevo sus nombres y cada uno de los artículos del credo apostólico, situadas en la zona inferior.

Tras la restauración de los lienzos, que presentan marcos moldurados, policromados en azul ultramar y con filetes dorados, «hemos podido hallar una firma original en uno de los lomos de un libro que contiene el cuadro de San Felipe». «Es el anagrama de Pietro Testa, pintor barroco poco prolífico que es más conocido como dibujante y grabador». El hallazgo de las iniciales, según el experto en Patrimonio diocesano, «deja abierta la cuestión de si a él se debe únicamente el lienzo de San Felipe o si el conjunto es obra de su taller y él firmase sólo ese cuadro» y ahondó: «La diversidad cualitativa de los lienzos nos hace creer que el conjunto, aunque esté firmada una de las telas, puede no deberse al mismo pintor».

En las figuras de los apóstoles, de grandes dimensiones (145-149 por 106-110,5 centímetros) «se perciben los ecos del naturalismo riberesco, con tipos y rostros tendentes al realismo», subrayó Rivera de las Heras. Respecto al color, el historiador y canónigo del máximo templo diocesano describió que «domina la utilización de las gamas terrosas, con abundantes toques de verde, rojo, rosado y mostaza», aunque se aprecian diferencias cualitativas «entre los lienzos y entre las partes de uno mismo» «La ejecución es generalmente correcta, incluso esmerada, y muy estimable en algunos detalles», enfatizó.

El lienzo de Cristo bendiciendo a los niños presenta «la misma composición que el atribuido a Giovanni Francesco de Rosa, en su primera época, y que se conserva en el Museo de Arte de Ponce, en Puerto Rico», mientras que el de San Pedro «es copia de un supuesto original atribuido a José de Ribera perdido y conocido a través de numerosas versiones, como las conservadas en el Museo de Bellas Artes de Rouen, y en la Alte Pinacoteca de Munich. Esta composición resultó muy popular en España y fue ampliamente reproducida», detalló el responsable diocesano de Patrimonio. La obra de San Andrés tiene «idéntica composición a la de Giovanni Battista Caracciolo conservada en una colección privada de Roma», en tanto que el cuadro de San Bartolomé «es deudor de los lienzos pintados por José de Ribera con el tema de "San Jerónimo y el ángel del Juicio", en la década de 1620» y el Santiago El Mayor «copia el del pintor Guido Reni que se conserva en el Prado».

La restauración el conjunto, que ha supuesto una inversión de 63.525 euros sufragada íntegramente por el Cabildo, la han llevado a cabo un equipo, integrado por ocho titulados en conservación y restauración de bienes culturales, que ha coordinado el director del taller diocesano de Conservación y Restauración, Bernardo Medina. «Las ocho personas hemos intervenido en los distintos pasos» y en las mejoras «hemos aplicado criterios actuales de restauración, lo que avala que esos materiales perduren en el tiempo», concretó el portavoz del grupo, Miguel García, quien explicó que «las obras de San Pedro, San Andrés y San Matías, San Pedro incluso no presentaban el marco, tenían rasgaduras y pérdidas de policromía así como de soporte textil».

Además, para el deán Juan González «si la muestra realmente nos produce alegría por creer, entusiasmo para hablar de Jesús habrá cumplido su objetivo».

La exposición, que podrá verse hasta finales de año en la Seo, se complementa con un vídeo para que el público pueda conocer el proceso de mejora que ha experimentado las obras. «Nos tenemos que dar por felicitados por tener este patrimonio en la Diócesis», subrayó Rivera de las Heras.