La Diputación de Zamora sacará a licitación el nuevo contrato de recogida y mantenimiento de perros abandonados en los municipios de menos de 5.000 habitantes de la provincia, en el que se suma al «sacrificio cero», puesto que los animales recogidos que permanecerán en las instalaciones de la empresa adjudicataria hasta su adopción o recogida «no podrán ser sacrificados», según se ha anunciado desde la institución provincial.

Para efectuar el servicio de recogida, los ayuntamientos deberán solicitarlo por cualquier medio escrito al área de Agricultura y Ganadería de la Diputación. Además, se ha reducido al mínimo el tiempo de recogida respecto al anterior contrato, estableciendo un plazo máximo de doce horas desde el aviso de recogida a la empresa adjudicataria. El tiempo de respuesta por parte de la empresa tendrá que ser inferior a cuatro horas. Con este contrato se intenta fomentar la adopción de animales, «ya que el adjudicatario realizará las acciones necesarias para dar a conocer la presencia de los perros en el centro por personas responsables y por riguroso orden de petición y se mejorarán las características generales de las instalaciones, con el objetivo de garantizar un número suficiente de perreras individuales», precisó la Diputación de Zamora.

El presupuesto del nuevo contrato, que también señala las condiciones de recogida desde el punto de vista higienicosanitario para los animales, así como la atención veterinaria, asciende a 96.000 euros para los años 2013, 2014, 2015 y parte de 2016.

Desde Defensa Animal Zamora (DAZ) han felicitado a la institución provincial por esta iniciativa. «Esta decisión llena de esperanza el futuro de las decenas de animales que esperan detrás de los barrotes, aferrándose a lo único que les queda: la vida», precisaron. Los integrantes de DAZ han felicitado la propuesta de Fernando Martínez Maíllo. «Tiene todo nuestro apoyo en esta nueva andadura que marca un antes y un después para los animales abandonados en nuestra provincia. Su mirada hacia el futuro, hacia una ciudad que respeta a los otros animales, ha sido imprescindible para llevarle a tomar la decisión», añadieron.

Por otra parte, la asociación PAAT de perros de asistencia y animales de terapia inicia una nueva andadura tras la marcha de sus fundadores, el matrimonio formado por Alberto Álvarez y Jane Kefford, quienes dejan después de más de cuatro años de trabajo «una gran labor altruista, desinteresada y gratuita, dando esperanzas y solución a muchas familias con perros adiestrados y educados para invidentes, niños autistas, discapacitados o afectados por alguna minusvalía», agradecen los integrantes de la asociación.