Cinco caras nuevas procedentes de cinco cofradías distintas. Así es la renovada directiva de la Junta pro Semana Santa que se ha puesto ya de lleno con los preparativos de la celebración, que este año arrancará el próximo 21 de marzo -en poco más de dos meses- con el habitual Traslado del Nazareno de San Frontis. El recién llegado al cargo de presidente, Antonio Martín Alén, ha seleccionado a personas vinculadas desde tiempo atrás a la Pasión, pero sin currículo en el máximo órgano.

Para el cargo de vicepresidenta, Martín Alén ha elegido a Isabel García, responsable desde el pasado mes de mayo de Nuestra Madre. Su predecesora en la cofradía, Josefina Yugueros, también ocupó este puesto de responsabilidad en las anteriores directivas con José Francisco González Poza y Pedro Julián. Otra mujer, la responsable de La Esperanza María José Herrero Palacios, será la secretaria a partir de ahora.

Por su parte, la persona que convenció a Martín Alén para que aceptara el cargo de presidente de la Junta pro Semana Santa, Ramón Alba, será el nuevo contador, con lo que La Borriquita tendrá un representante en el órgano gestor. Por último, el jefe de paso del Cristo de la Agonía en las Siete Palabras, José Tomás, será el administrador en el recién formado equipo de trabajo.

El mismo día de la investidura, el 23 de diciembre, Martín Alén reconoció que ya tenía definida su directiva, y que estaría compuesta por gente «con experiencia», aunque «nueva» en estos cargos. Los nombres definitivos responden a los que sonaron entonces, a excepción de Juan Antonio Haedo, abad del Espíritu Santo, una de las personas que más se ha implicado en buscar soluciones al futuro de la Semana Santa y que, por el momento, no tendrá ninguna responsabilidad.

Con la pintura del cartel oficial encargada por la gestora de Chano Lorenzo a Fernando Mayoral, quedan por delante decisiones importantes como el nombramiento de los pregoneros -especialmente el de Zamora-, la concesión del Barandales de Honor, la edición de la revista anual y los diversos preparativos que conllevan las procesiones en colaboración con las instituciones públicas.

En el aire queda el desarrollo y aprobación del estatuto que la mayor parte de las cofradías han elaborado y redactado en los últimos meses. El proyecto conlleva una ambiciosa reforma del funcionamiento de la Junta, que pasaría a tener 16 miembros -uno por cofradía-, varias asambleas anuales y porcentajes cerrados para cada área de actuación mientras que desaparecería el consejo rector actual.