Desde juguetes, libros, ropa hasta abalorios pudieron comprarse o intercambiarse ayer en el mercado de trueque y rastro, celebrado en el barrio de Olivares gracias al interés de su asociación vecinal y al Banco del Tiempo de la ciudad.

En la plaza situada tras la iglesia de San Claudio estaban distribuidos una veintena de puestos que visitaron cientos de personas, desde individuos relacionados con colectivos presentes en la iniciativa, ciudadanos que necesitan elementos que se intercambian, hasta viandantes y corredores que se topaban con la actividad. De un lado se ubicaban aquellos que vendían y en otro los que intercambiaban. En el ámbito del trueque se encontraba una gran mesa destinada a donaciones así como diversas asociaciones como Scooby Zamora, Defensa Animal Zamora, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Creciendo Juntos o la asociación de Parálisis Cerebral que facilitaban información sobre su labor y vendían distintos elementos para recaudar fondos, mientras que otra zona se localizó la venta. En ella se encontraba Marisa del Río que facilitaba artesanía realizada por ella. «Intercambio lo que ya no me hace falta y vendo lo que yo misma hago», testimonió.

Celia Diego, de 8 años, intercambió un mueble de la Barbie por un libro de cuentos. «Ya no lo utilizaba y puede que ahora otros niños puedan jugar con él», decía la niña, mientras que la joven Sheila García mencionó: «Traigo cosas que no utilizo como bolsos o llaveros y he cambiado por una papelera o una bufanda», indicó la muchacha que pidió que «este mercado pase a celebrarse una vez al mes porque es una iniciativa muy interesante». Por la compra optó Pilar Soria que se llevó dos CD de música «de hace años a un precio muy asequible», resaltó esta mujer.

Los muchos objetos donados, fundamentalmente ropa, calzado y juguetes, se repartieron «entre los colectivos presentes, personas necesitadas de la zona y una pequeña parte la custodiará la asociación para facilitarlos en el siguiente mercadillo en la zona de trueque», indicó el presidente de la asociación de vecinos de Olivares, Christoph Strieder, que remarcó: «En ese ciclo económico que movía mucho dinero se compraban mucho, pero ahora muchas cosas que tienes tú en casa no quieres, pero algunas pueden interesar al vecino».