La estrella aúna tradición del Sol Invictus, el sol vence sobre las tinieblas, la cristiana, a través de la forma de cruz, y la zamorana, dada que el artista Miguel Hernández se ha basado en «el gran escultor Ramón Álvarez que tenía costumbre de hacer aureolas de rayos metálicos». La pieza, igual por todos los lados que supera los tres metros y media de altura y que cuenta con un rayo de 120 centímetros, presenta una estructura en metal, mientras que los haces son de madera, materia en la que también está hecha la bola central dorada igual que el conjunto. «Para lograr que la esfera levite he tenido que equilibrar todo los pesos», certifica su autor que ha realizado la composición «siguiendo la sección áurea». Sobre la estrella se encuentran una serie de ángeles, algunos de ellos nuevos. La inclusión del astro se produce «por sugerencia de uno de los visitantes que nos lo pidió en el libro que situamos al lado del nacimiento», dice Tomás Fernández.