Con doce montajes consecutivos del belén de la Diputación Provincial a sus espaldas, Francisco Iglesias, junto a los miembros de «La Morana», es capaz de asumir el reto reinventar el nacimiento de Jesús tantas veces como sea necesario.

-Qué sorpresa para el visitante poder imaginarse por unos instantes en la carpintería donde trabajaban José y Jesús, con los sonidos y la ambientación de la época. ¿Esta parte es nueva este año?

-El montaje cambia en cada exposición. La verdad es que está pensado para la que la gente tenga ese momento íntimo, de despedida, después de ver toda aquella grandiosidad del paisaje, las construcciones? Ese momento de intentar acercarnos a José y Jesús trabajando en el taller. Esa es la idea, eran carpinteros y nos parecía importante crear esa sorpresa final que el visitante no ve al entrar pero lo disfruta al salir.

-La mula y el buey están un poco separadas del recién nacido, ¿casualidad?

-Sí, casualidad. Ya estaba hecho, cuando planteamos la organización. Pensamos que una madre que acaba de dar a luz a su hijo no permitiría que la mula y el buey se acercaran tanto, y decidimos hacer un establo cercano para que dieran calor, que era lo que hacía la gente, pero no compartían el mismo espacio. Y mira por donde, Benedicto XVI nos ha dado la razón.

-Y los Reyes del belén de la Diputación de Zamora, ¿desde dónde vienen?

-Nuestro Reyes son personajes de Oriente, yo creo que es la tradición y el rito que hay que cumplir, colocar a Melchor, Gaspar y Baltasar en los belenes. Los evangelios son casi como telegramas y no sabemos ni el número, ni su procedencia, entonces la imaginación puede ser tan amplia que a lo largo de la historia lo han desarrollado como han querido, de la India, Persia, El Tíbet, África? pero normalmente simbolizan las tres edades, un hombre anciano, uno maduro y un joven, además de las tres razas que se conocían entonces, la occidental, la africana y la india.

-¿Qué cambios han introducido este año?

-Al ser una exposición creada ex profeso para la Diputación nos tomamos la licencia de variar tanto el sentido de la visita como la carpintería expositiva, la iluminación? además muchas de las piezas que el escultor, José Luis Mayo Lebrija, ha realizado son expresamente para esta exposición.

-La parte final, inaccesible para los visitantes, ¿tiene alguna razón?

-Está hecho para tener una perspectiva de lejanía. Hay que tener en cuenta que es todo muy inmediato, todos muy primeros planos y nos apetecía meter otras piezas para crear ese aspecto y ver con distancia las edificaciones. También es importante dejar algo a la imaginación y no mostrarlo todo, hay que fomentar lo que cada uno piensa y lo que a cada uno le transmite cuando ve el belén.

-¿Qué les transmiten esos visitantes?

-Sobre todo ánimo, porque es como un regalo para la vista. Nos animan a que nos superemos y que colmemos esas expectativas que depositan en el belén cada año. Nos dan pautas de los detalles que más les han gustado, como este año el vareo de los olivos, que no está tan visto y se relaciona con la tradición olivarera de zonas como Fermoselle. También mucha gente que ha visitado Tierra Santa nos ha felicitado por el paisaje y nos dicen que parece una postal.

-¿Cuánta gente está implicada?

-En La Morana somos más de 250 socios, pero en el belén hemos participado unos 40. Arrancamos a finales de marzo, ya que es un trabajo muy continuado de dos tardes a la semana, hasta que llegan las fechas clave y no hay horarios. Pasamos muy buenos momentos de convivencia, y además de disfrutar del belén somos una gran familia abierta a todo el que quiera venir a disfrutar con nosotros.

-También han montado el belén de Caja España-Duero.

-Sí, y hemos declinado otras propuestas, algunas desde fuera de Zamora porque no podemos llegar a todo. Somos una asociación cultural, respetamos otros tipos de belenismo que pueda haber, pero esto no es una empresa que cuantos más pongamos mejor, hay otro tipo de motivación detrás de esto. Es gente implicada, socios que trabajan durante todo el año para que esto siga vivo y al llegar cada Navidad que la gente que se acerque hasta la iglesia de La Encarnación pueda disfrutar de unas sensaciones diferentes y un tipo de montaje distinto. Una visión más novedosa y menos vista del misterio de la Navidad.

-¿Cuántas visitas ha recibido hasta ahora?

-Ya hemos superado las 5.000 personas en los primeros días de exposición. Es la más visitada del año y la gente la ha cogido como tradición. Siempre ha gustado salir a ver belenes y nosotros hemos conseguido mostrar cada año algo diferente.

Zamora, 1975

Francisco Iglesias Escudero es presidente de la Agrupación Belenista «La Morana» desde su fundación, y con ella ha se ha involucrado en el montaje de los doce últimos belenes que la Diputación de Zamora ha promovido en la iglesia de la Encarnación. La agrupación ha montado belenes tanto en la capital como en otras provincias, hasta donde han viajado los socios, reclamados por su buena fama a la hora de recrear el nacimiento de Jesús y todo lo que lo rodea. Muy satisfecho con los resultados conseguidos con la asociación, Iglesias Escudero valora por encima de todo la dedicación de los socios.