Sesenta años y miles de socios conforman la historia de la Agrupación Montañera Zamorana, «una marca más que un club», según palabras del delegado provincial de la Federación Castellanoleonesa de Montaña, Luis Vicente Pastor, encargado de ofrecer en el foro del periódico un completo recorrido por seis décadas de una iniciativa que ha llegado a convertirse «en la asociación deportiva más antigua de la provincia».

Vicente Pastor se enorgulleció de haber conocido «y hecho montaña» con los socios fundadores, como Ángel Ramos, Porfirio Nafría, Andrés Fernández o Pedro Ladoire, para los que tuvo palabras de recuerdo y cariño. «La historia y las vivencias personales aportadas por cada uno de los socios han ido sumando prestigio a la Montañera», reconoció durante su discurso.

Los recuerdos se agolparon en este acto, y las palabras del delegado se acompañaron con una serie de fotografías que abarcaban desde los años cincuenta hasta la actualidad. En esos primeros tiempos del club «llegar al lago de Sanabria en coche era más complicado y arriesgado que ir ahora al Pirineo», advirtió Vicente Pastor, quien recordó que el equipamiento personal de los socios de entonces «era básico, con jerséis de lana muchas veces tejidos en casa, pantalón bávaro de pana o el tradicional vaquero. El que disponía de un chubasquero de nailon, que solo resistía a la lluvia diez minutos, era un afortunado», afirmó. En estos primeros tiempos, la propia agrupación era la que ponía a disposición de los socios el material técnico, «desde cuerdas a piolets, pasando por mosquetones o crampones», enumeró.

Tras las emotivas palabras de Vicente Pastor llegó el turno de Ángel Esteban Juárez, presidente desde hace tres años de la agrupación, que afirmó que la Montañera «tiene futuro», gracias, en gran parte, al «rejuvenecimiento» del cartel de socios en los últimos años. La clave para agrupar desde niños de trece años hasta adultos de más de setenta está, según el presidente, en las multiactividades que realizan en cada salida, que abarcan desde senderismo hasta escalada, «pero siempre juntos, manteniendo así la idea de club», remarcó.

En suma, al año la Agrupación Montañera organiza cerca de 250 actividades diferentes, acordes con cada época del año, entre las que se encuentra el proyecto «Doce meses, doce picos», que se desarrolla el tercer fin de semana de cada mes.

El incremento de los socios es posible porque la montaña es una actividad «que ayuda a compartir vivencias sin competir», apuntó, en contraste con otro tipo de deportes. Además, «la gente se engancha poco a poco, comenzando por el senderismo y terminando haciendo alta montaña, subiendo a picos de dos mil metros», aseguró su presidente.