Es su compañero inseparable, pero no pueden viajar juntos porque el contrabajo excede las medidas que Renfe considera como máximas para llevar equipaje en sus trenes.

A pesar de que es su dedicación y su medio de vida, los responsables de la estación de Córdoba dejaron en tierra al zamorano Pablo Estábanez cuando intentó viajar a la capital para ver a sus padres el pasado puente festivo. «Me dijeron que no podía viajar porque sobrepasaba las medidas y tuve que dejar marchar el tren, llevar el contrabajo a casa y viajar sin él en el siguiente», explica el joven.

Al comentar su problema con algunos compañeros que tocan el contrabajo u otro instrumento de grandes dimensiones, el estudiante se encontró con que las reglas no son las mismas en todos los trenes o con todos los empleados. «Amigos míos han podido viajar, depende de qué empleado esté en ese momento», asegura.

A pesar de la posibilidad de conseguir llevar consigo su instrumento, Pablo considera que no puede «jugársela», cuando está en juego un concierto o una prueba que pueda significar un contrato, «para lo que necesito viajar sí o sí, es mi medio de vida», se pronuncia.

Para conseguir permiso, el joven puso una reclamación a su llegada a Córdoba, pero no recibió respuesta satisfactoria, a pesar de que alegó que otros objetos, como las bicicletas, tienen un tratamiento especial a la hora de transportarlas en el tren.

También intentó el zamorano pedir permiso con anterioridad a su viaje, para que los responsables contaran con el bulto a la hora de organizar el equipaje del tren, pero tampoco así logra que «la empresa nacional, la única en la que se puede viajar en tren en España, me permita viajar con mi contrabajo», comenta desilusionado el joven, de 18 años de edad.

Pablo Estébanez estudió Bachillerato en el instituto Poeta Claudio Rodríguez de la capital, y se marchó a Córdoba siguiendo a su profesor de violonchelo, «con el que mejor me entiendo y mejor me adapto a su metodología, en principio no tenía un interés especial en Salamanca o Córdoba, pero decidí venirme aquí por eso».

La decisión mirando a su futuro ha supuesto un revés inesperado para el joven y su familia, ya que carece de libertad de movimientos al no poder viajar con el contrabajo y tener que ensayar todos los días para mantener el nivel.

Después de semanas sin ver a sus padres, la familia ya tiene asumido que en Navidad tendrá que coger el coche y recorrer media España y más de 1.200 kilómetros para ir a buscar al pequeño de la casa y pasar las fiestas juntos.

«Perplejos, molestos e indignados», así se muestran los padres del zamorano a los que un viaje en tren se les pone en medio para poder mantener el contacto con su hijo pequeño.

Los afectados reclaman que se haga una excepción con los instrumentos de gran tamaño, ya que «suponen la forma de vida de mucha gente que no nos podemos permitir dejarlo en casa durante cinco días».

Hasta el momento el joven no ha conseguido que Renfe acepte su petición y no podrá viajar a Zamora a menos que lo haga en coche particular, «en el autobús, por ejemplo, es fácil que se dañe con las maletas que los viajeros meten y sacan durante el largo viaje», explica Estébanez, al que le gustaría dedicar a sus padres una melodía de su contrabajo para amenizar la Navidad en casa.