Hace un par de años, llamó la atención el belén monumental de la iglesia de La Magdalena, creado por Indalecio Álvarez. El belenista ha vuelto a inspirarse en las maquetas del también zamorano Angel López para dar vida a «Sinaí, el lugar donde Moisés habló con Dios», la propuesta que se puede visitar en la sede de Capitonis Durii.

-¿Cómo se inició en el universo de los belenes?

-Profesionalmente, me dedico a la iluminación de espectáculos y, a través de eso, me empezó a gustar el mundo de los belenes, al que me he podido dedicar cuando no tenía nada que hacer. Estos últimos años, mis montajes han gustado y he encadenado varios pedidos.

-¿Cuál es el magnetismo de este tipo de montajes?

-Para mí es una terapia de relajación y, a la hora de montarlo, es como construir una ciudad en pequeñito, algo muy entretenido.

-En unas fechas que les gustan a muchos...

-Sobre todo a los más pequeños... Resulta muy agradable verlos cómo disfrutan y comentan lo primero que se les viene a la cabeza.

-¿Cómo ha sido el aprendizaje?

-En Zamora hay mucho nivel, tenemos La Morana, el montaje de la Catedral, este año el Santo Entierro... El tipo de belén que hago está inspirados en las maquetas de Angel López, un belenista zamorano que para mí es el mejor del país.

-Todos recordamos su belén monumental de La Magdalena, confeccionado con 200.000 alfileres...

-Ese fue hace dos años y estas navidades se puede visitar en el centro comercial El Tormes de Salamanca, pero esta vez con cola, porque eran demasiados alfileres...

-Habitualmente cuenta con las figuras de José Luis Mayo Lebrija...

-Mayo Lebrija es un escultor madrileño, un fenómeno, que tiene un conjunto de figuras superrealistas en distintos materiales, ensambladas y pintadas a mano. Impresiona ver cómo trabajan en el taller pieza a pieza, con todo detalle.

-Polémica sobre el libro del Papa «La infancia de Jesús»... ¿Usted qué opina?

-El Papa no dice que tengamos que quitar la mula o el buey, sino que la gente «sepa» realmente lo que pasó. De hecho, en el Vaticano, en la plaza de San Pedro, se va a poner la mula y el buey. También se dice que Benedicto XVI ha hecho esto para vender más libros, pero en realidad toda esta polémica es un poco absurda.

-A los niños les encanta la procedencia de Oriente de los Reyes Magos por aquello de la estrella que les guía... Ahora, ¿vienen de Andalucía?

-Tiene que haber estrella de Oriente, aunque realmente no existiera. Un belén es el resultado de una tradición y también una manifestación didáctica para que la gente joven conozcan la historia del Nacimiento de Jesús, una especie de cuento que puedes creer o no, pero tampoco hay que ir más allá.

-Sus montajes incorporan ese matiz didáctico que tanto gusta a muchos...

-El aspecto didáctico es muy interesante. En el belén que hemos presentado este lunes con la asociación Capitonis Durii, he escogido el Monte Sinaí, el lugar donde Dios se le apareció a Moisés. Particularmente, me gusta mucho Egipto, Siria o Jordán. Cuando voy hago muchas fotos y esto me permite después realizar composiciones. Del Sinaí -frontera entre Egipto e Israel- me llamó mucho la atención el monasterio de Santa Catalina porque es de los más antiguos todavía en uso. Lo llevan los ortodoxos y dentro hay una mezquita. La fortaleza reúne muchas curiosidades: no tiene puertas y la única que tiene está a cinco metros de altura y con una roldana subían antiguamente la comida... Allí no podía entrar nadie. Por dentro, el edificio es muy bonito...

-Con tanto hermetismo, ¿cómo ha podido diseñar esta reproducción?

-Hay unos dibujos de David Robert, un pintor que viajó por varios de estos países que he mencionado y que tuvo la oportunidad de retratar el monasterio. Con estas ilustraciones y fotografías de Estambul, he diseñado el montaje.

-¿Cuál es la relación del Nacimiento de Jesús con el Monte Sinaí?

-No la hay, pero es un sitio muy importante para las tres culturas monoteístas: cristianos, judíos y musulmanes. Se supone que allí ardió la zarza que se le apareció a Moisés. Me gusta pensar con este lugar que hay más cosas que unen las religiones de las que las separan.

-¿Qué palabras tiene para Capitonis Durii, el colectivo que ha confiado en su hacer?

-Agradezco la confianza que me ha dado Capitonis Durii y, por mi parte, he intentado aportar algo más, que la gente sepa donde está el Sinaí, qué fue y qué significa. Ahora, lo que espero es que a la gente le guste el montaje, en el que la propia asociación se ha volcado. Para mí, ha supuesto un año de trabajo.