Justo Hernández Escolar, titular de las ganaderías charras de «Garcigrande» y «Domingo Hernández», criador de reses bravas que se disputan a tiros las figuras y quienes quieren serlo. La casta Vistahermosa ahormada en la línea Domecq, un toro en tipo, que recuerda al «bos primigenius», un astado de carril en plenitud de facultades, que tiene una batería en su corazón que no le deja parar nunca. Y embiste y embiste, con la cara baja, buscando el fondo de la sombra del torero, fotocopia de «Lanoso», uno de los mejores astados lidiados -e indultado- en el coliseo de Nimes, que sigue sembrando de esperanza el campo charro.

Justo Hernández (Fuenlabrada) está hoy en Zamora. Viene para impartir su magisterio y enseñar la patita de su milagro por debajo de la puerta. El marco, donde hará la revelación lo ha levantado el Foro Taurino en las dependencias del hotel AC (Avenida Cardenal Cisneros). Junto a él, otro Hernández, Javier de nombre y de profesión periodista. No se casa con nadie porque su pasión por la fiesta nacional no se lo permite. El acto (20,30 horas) promete. Para abrir boca, el ganadero, ayer, a la hora del vermú, desgranó al otro lado del teléfono su mensaje: realista sobre el futuro de la fiesta; de palo y tentetieso contra los antitaurinos, incluidos los políticos que cuando van apoyados en el adjetivo «anti» son «lo peor de cada casa».

-Ser ganadero de reses bravas no es el mejor oficio del mundo... Y ahora menos, ¿no?

-La actividad está como siempre ha estado. Ahora, claro, afectada por la crisis como el resto de actividades. Las ganaderías evolucionan. Los toreros aportan cosas, hacen indicaciones...

-¿Los toreros...?

-Sí, sí. Es el aficionado quien elige el torero que le gusta y después éste marca lo que le interesa...

-¿Pero la tiranía del lidiador no conduce a un toro muy homogéneo, muy a la medida de las figuras, lo que juega en contra de la emoción, del espectáculo?

-No, no, yo creo que no hay homogeneidad, todo lo contrario, a mi me gustaría que hubiera mucha más. En mi ganadería, reses de la misma camada tienen un comportamiento desigual; es difícil unificar comportamientos, ese es el objetivo de los criadores, pero la cosa no es fácil.

-¿Cómo se puede conseguir la res ideal, esa que demandan las figuras de cartel, esa que llena la bucheta de los criadores y engorda el ego de los ganaderos? ¿Cuál es el vademécum?

-No es nada fácil, se trabaja a ciegas, no hay «hoja de ruta»; buscas y buscas y, a veces, encuentras, pero en la mayoría de los casos, trabajas en el desierto, el fracaso vive al lado del éxito, todo es muy complicado.

-Pero usted ha conseguido ser el número uno, sus astados triunfan allá donde van y hacen grandes a sus lidiadores, ¿cuál es el secreto?

-No hay secreto. Esto es un milagro. Hay un momento en que cumples las expectativas creadas, pero eso está a media hora del fracaso. Todos buscamos la selección, pero unas veces sale y en la mayoría de las ocasiones, no. Hay que ir día a día, trabajando con mucha seriedad. Pero debemos ser conscientes de que el éxito de hoy puede que dentro de cinco años no valga nada.

-Hay quien dice que el toro que sale hoy a la plaza es el más completo de la historia de la tauromaquia y otros, lo contrario, que es un animal adocenado, sin fuerza, demasiado domesticado, hecho a la medida...

-El toro de hoy no es el más noble, no es el más codicioso, pero desde luego sí es el más completo, el que ofrece una mayor duración de la faena, el que mejor permite el lucimiento del lidiador.

-Da la impresión de que la fiesta nacional está más tocada que nunca: crisis económica, los antitaurinos que crecen como la espuma, comunidades como Cataluña que prohiben las corridas...

-La fiesta nacional vive desde siempre en medio de la crisis, está acostumbrada. Pero los toreros siguen siendo ídolos de masas, son líderes para mucha gente. Los pequeños espectáculos sí que se están viendo afectados, pero no los grandes. Los aficionados responden si la llamada es importante. Es evidente que el movimiento antitaurino está creciendo, es más visible, pero eso es por el desconocimiento absoluto de lo que es el toro, no se dan cuenta de que si desaparece el espectáculo, desaparece la especie, como ha ocurrido en prácticamente toda Europa...

-¿Y los políticos antitaurinos?

-Suelen ser lo peor de cada casa. Es curioso, pero los políticos antitaurinos son unos malísimos gestores, acumulan gestiones nefastas. Así ha ocurrido siempre a lo largo de la historia...

-También la fiesta nacional tiene enemigos dentro. Hay polémica por los derechos de imagen, por el papel de las televisiones.

-La televisión es buena para el espectáculo, pero siempre que la visión del espectáculo sea positiva. Si se quiere hacer daño, este puede ser muy grande. En cuanto a los derechos de imagen, cada cual es libre de hacer lo que quiera, pero la razón está en el medio. Los tiempos han cambiado y las circunstancias también. Sería muy importante que Televisión Española siga apostando por la fiesta, que no se quede solo en un gesto.

-¿Qué piensa de lo que dice el reglamento sobre el tercio de varas y los toros indultados?

-En general, estoy en contra del reglamento. El toreo es un arte y hay que dejar que fluya sin cortapisas. Al artista hay que darle libertad y cualquier reglamento va en contra de la creatividad, agota la imaginación. El público manda y es soberano, también para indultar toros, hay que hacerle mucho más caso.

-Plazas toristas y plazas toreristas. Zamora está entre las primeras, ¿que le parece?

-En los reconocimientos de los toros hay exceso de responsabilidad y de miedo. Hace quince años quise lidiar en la plaza de Zamora y nunca más lo volveré a hacer. Quienes hacen los reconocimientos están pensando que lo que quieres es engañarlos y eso no es así; no se puede tener esa actitud, de alguna manera están invalidados para hacerlo; el ganadero es quien menos quiere equivocarse porque si se equivoca al año próximo no lidia, se juega su prestigio y su dinero. Zamora tiene que tener una plaza para aficionados.

-El encaste Vega Villar es el único originario de la provincia de Zamora. Actualmente está en horas bajas, abocado a la desaparición, ¿qué se puede hacer para evitarlo?

-Ya no está en las ferias. pero tuvo una época de esplendor. Las reses de este encaste fueron muy apetecidas por las figuras. Este mundo es muy cambiante y nunca se sabe lo que va a ocurrir mañana...