Tras un siglo lejos de su tierra, los retos de Eduardo Barrón regresan a su provincia natal. Desde hoy el artista reposará en el panteón de zamoranos ilustres del camposanto de San Atilano, tras haber permanecido desde su fallecimiento, el 23 de noviembre de 1912 en el cementerio de la Sacramental de San Justo de Madrid gracias al beneplácito de los descendientes del creador.

Con la llegada de las cenizas del autor del Viriato, de los medallones, la ornamentación de la portada y del escudo del palacio de la antigua Diputación se cierran los actos de conmemoración del centenario del fallecimiento de este hombre nacido en Moraleja del Vino que consiguió la Medalla Oro de Bellas Artes, fue conservador y restaurador del Prado, pinacoteca de la que efectuó el primer catálogo escultórico, miembro de la Real Academia de Bellas Artes y de la Real Academia Hispano Americana de Ciencias y Artes de Cádiz.

Con motivo de la recepción de los restos del artista, que cuenta con piezas en numerosos museos y en las ciudades de Cádiz, Salamanca o Medellín, el Ayuntamiento de Zamora ha organizado un acto institucional en el que además de la alcaldesa, Rosa Valdeón, del director general de políticas culturales de la Junta, José Ramón Alonso, intervendrán familiares de Barrón a partir de las 11.30 horas en el salón de plenos en un acto abierto a los zamoranos.

Posteriormente la comitiva se traslada hasta la plaza de Viriato, donde está ubicada la estatua del célebre guerrero lusitano y una de las piezas más emblemática del escultor. En este emplazamiento se procederá al descubrimiento de una placa conmemorativa en la que aparecerán datos biográficos del escultor y de la pieza. La información estará situada sobre un monolito de granito a unos metros de la escultura con la que Barrón logró la Medalla de Plata de la Exposición Nacional de 1883. Años más tarde, gracias al tesón del escultor, en 1904 se ubicó en la ciudad la escultura de dos metros en un acto que contó con la presencia del rey Alfonso XIII.

En el cementerio municipal, sobre las 12.30 horas, tras una breve ofrenda religiosa, las cenizas de Eduardo Barrón serán depositadas en el pabellón de zamoranos ilustres, ubicado en el cuartel de San Basilio, en cuyo exterior ayer ya figuraba una placa informativa que indica que es primer personaje que alberga. Además, está previsto que integrantes de la Banda de Música de Zamora toquen alguna marcha fúnebre, según ha podido saber este medio.

El legado de Eduardo Barrón lo custodia el Museo de Zamora gracias a su donación por parte sus descendientes del artista. Además, el pasado año las piezas de Barrón aumentaron de la mano del depósito del grupo de «Nerón y Séneca», una escayola policromada cedida por el Prado al Provincial, tras una restauración concienzuda costeada por la Fundación Iberdrola. Además, en la muestra temporal «Nuevos datos para antiguas obras del Museo de Zamora» el espacio cultural exhibe tres interesantes obras pictóricas, facilitadas en su momento por los familiares del creador, que aproximan a la figura del Barrón a través de un autorretrato, de una copia del retrato que le hiciera Vicente Palmaroli y de otro retrato que pintara José Villegas.