Cada miércoles, una rutina muy especial. En el Ateneo de Madrid, Agustín García Calvo dirigía una tertulia política a la que acudía un grupo reducido pero «selecto e interesado» en participar en una actividad en la que se revisaba, sin compasión, la actualidad del mundo político, social y cultural. Una realidad a la que se enfrentaban con la actitud combativa que mantuvo el maestro hasta el final de sus días, aunque sus ecos raras veces traspasen los muros donde debaten.

La última cita fue hace apenas una semana, el pasado 24 de octubre. En el blog de la editorial Lucina del pensador zamorano, junto al mensaje de agradecimiento de la familia por los pésames recibidos, aún no se ha borrado la fecha prevista para la próxima intervención: el 11 de noviembre.

El presidente del Ateneo de Madrid, Carlos Paris, lamentaba ayer la desaparición de García Calvo, un hueco que será difícil de llenar, pero anunciaba que la tertulia se mantendrá los miércoles y que, en memoria del filósofo llevará, a partir de ahora, su nombre.

Paris, filósofo como el zamorano, destacaba ayer de la figura de García Calvo su labor como «profesor y filólogo», además de su valía como «creador literario y su labor política independiente. El pensamiento de García Calvo no era un pensamiento sistematizado, es un ejemplo de individualidad y de sentido crítico». Unas virtudes que, en el mundo de hoy, según Paris, serían dignas de imitar: «Tendrían que aprender para evitar la domesticación de las masas».

Contra quienes se preguntan dónde están los intelectuales españoles en una crisis que también afecta profundamente a los valores éticos y que dibuja una sociedad enferma, Paris contesta: «Seguimos estando. Yo mismo acabo de publicar «Ética Radical». Lo que ocurre es que la información está hoy controlada por intereses que ahogan las voces de los intelectuales».

Podría parecer que la voz de Agustín García Calvo calló para siempre en una habitación del Hospital Virgen de la Concha de la capital zamorana. Nada más lejos de la realidad. Su sentido crítico seguirá presente en el legado de su obra y, los miércoles, se dejará sentir en la atmósfera de la tertulia en el Ateneo de Madrid.