El grupo escultórico «Nerón y Séneca» ocupa la sala de romano del Museo de Zamora desde hace ya un año, tras una intensa colaboración entre el Provincial y el Museo del Prado que concluyó con una cesión temporal a Zamora de la pieza por el plazo de un lustro, período que concluirá en el año 2016. El proceso comenzó con el proyecto de restauración del conjunto por parte de técnicos del museo madrileño, quienes adoptaron esta decisión tras comprobar el estado en el que se hallaba la escultura, ubicada en el zaguán del Ayuntamiento de Córdoba, donde se encontraba gracias a una cesión del Prado, el depositario de la obra premiada en Exposición Nacional celebrada en 1904.

Tras retornar el conjunto a Madrid, el consistorio cordobés y Caja Sur encargaron una fusión en bronce de la obra de «Nerón y Séneca», posibilidad que por aquel 2007 también sopesó el Ayuntamiento de Zamora.

Para confeccionar el molde necesario para el vaciado en bronce se utilizó un sistema novedoso de escaneo en 3D para no tocar el original, dado que el estado del grupo desaconsejaba recurrir más a él. Los responsables de la firma encargada de realizar el soporte acudieron al Museo de Zamora para conocer la miniatura de «Nerón y Séneca», en escayola con pátina bronceada perteneciente a la colección familiar del autor y donada por los descendientes del escultor al Provincial, e incluso técnicos del Prado contactaron en diversas ocasiones con el centro zamorano para conocer detalles que precisaban para la minuciosa limpieza y restauración, de dos años, a la que sometieron a la pieza de escayola con la que Barrón obtuvo la Medalla de Oro de la Exposición Nacional en 1904.

En una de las múltiples conversaciones que hubo entre los responsables museísticos de Madrid y Zamora, a la directora del Provincial desde el Prado, centro cultural inverso por aquel entonces en un proceso de reubicación de sus salas, le preguntaron que si disponía de espacio para exhibir el conjunto de «Nerón y Séneca». «No, pero se lo hago», dijo la directora del museo de Zamora, Rosario García. «Lo tuve claro desde el inicio», esgrime.

Desde el Museo de Zamora se pensó, inicialmente, que el lugar para mostrarlo al público debía de ser la sala dedicada a las manifestaciones artísticas de las centurias del XIX y del XX, donde se encuentra la maqueta, pero «cuando estuvimos viendo la pieza en Madrid y tomamos medidas al grupo comenzamos a replantearnos donde colocarla», puesto que sus dimensiones son 210x265x120 centímetros y sobrepasa los 1.300 kilos de peso. «A veces los técnicos no tomamos la decisión de donde va ir, sino que es la propia obra la que te lo impone», observa el conservador del Museo de Zamora, Alberto del Olmo. Así las cosas, desde el Provincial decidieron que la escultura se exhibiera en la sala de romano, la sala principal del centro, ya que temáticamente el grupo guardar relación con el tema expositivo. Barrón representa a Séneca instruyendo a un joven Nerón, del que era tutor.

Además de la presentación oficial de la pieza, un día antes de conmemorarse el centenario del fallecimiento del artista, el 23 de noviembre del pasado año, la presencia de «Nerón y Séneca» ha supuesto una vigilancia más estricta porque «la pieza tiene que estar controlada cuando hay personas en la sala» debido a que «es una obra muy delicada realizada en escayola que ha sufrido un proceso de restauración modélico y que tenemos que conservar», afirman desde el Provincial. «Es una responsabilidad, un atractivo más y una oferta más para el público que acude al Museo», sentencia la directora del Provincial Rosario García que defiende que la presencia de «Nerón y Séneca» representa «todo un ejemplo de colaboración entre instituciones y profesionales de museos».

La llegada del grupo escultórico conllevó también un incremento de visitas al Provincial. «Hasta Navidad percibimos un aumento de personas que venían de manera individual y que preguntan expresamente por la pieza», indican desde el espacio cultural. Entre los muchos interesados por conocer la creación más laureada de Eduardo Barrón han figurado un grupo de alumnos de Moraleja, localidad en la que nació el artista, que un día, sin previo aviso, se personaron en el Museo deseoso de conocer la obra de su paisano.

La demanda de información sobre la pieza efectuada por el escultor Eduardo Barrón hizo que el grupo fuera seleccionado como pieza del mes, un reconocimiento que implicó la explicación detalla de la obra dentro de las visitas generales a la colección permanente del Provincial y la puesta en marcha de visitas específicas en las que los zamoranos y los turistas conocían los detalles de la creación del grupo y de la restauración del mismo. Posterior, el conjunto pasó a denominarse «pieza del año», por lo que su llegada ha supuesto para el Museo.

De manera paralela a la restauración de «Nerón y Séneca», técnicos del Museo del Prado profundizaron en cuadros firmados por el zamorano, conservador y restaurador de la pinacoteca nacional. Algunas de esas pesquisas han hecho que tres retratos de Barrón formen parte ahora de la muestra «Nuevos datos para antiguas obras del Museo de Zamora».

Con la exposición, que ocupa la sala de temporales del centro provincial hasta diciembre, se otorga visibilidad a obras que normalmente están en almacenes y sobre las que se va actualizando conocimiento e información ya sea a través de investigadores externos, ya sea a través de precisas que se hacen en el propio centro de Zamora, depositario del legado artístico de Barrón por deseo de sus descendientes.