«Prisión sin fianza como imputado en un delito de homicidio». Con ese auto judicial en la mano, pasadas las dos de la tarde, el principal acusado del crimen de Ricobayo salía camino de la cárcel del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Zamora, tras negarse a declarar delante del juez que investiga el asesinato del vecino de Las Llamas ocurrido el 13 de septiembre. Su abogado manifestó que «esperamos que se pueda conseguir una fianza» para que el acusado, cuyo nombre responde a las iniciales de R.L.S., pueda quedar en libertad provisional. Por lo demás, el letrado, Luis Felipe Gómez Ferrero, confía en que el testimonio de su cliente pueda aportar datos que varíen la dirección de la investigación policial, si bien no ha querido ahondar en este asunto, a la espera de conocer todo el sumario, al que podría tener acceso hoy mismo, tras levantar ayer el juez el secreto decretado desde el mismo día en que apareció el fallecido.

El segundo imputado por el Ministerio Fiscal en el asesinato, un joven gitano de 20 años y nieto del patriarca de Las Llamas, esperará a prestar declaración sobre su versión de lo hechos a que su abogado tenga en sus manos el sumario de la causa, es decir, todas las actuaciones que ha llevado a cabo la policía judicial de la Guardia Civil que lleva las pesquisas.

Hasta ese momento el letrado que le asistió ayer tampoco efectuará ninguna manifestación pública, «la declaración se producirá en breve, hoy no lo ha hecho por estrategia de defensa, por prudencia», avanzó Felipe Gómez Ferrero después de que su cliente hubiera abandonado el Palacio de Justicia en dirección a Topas. Antes, «estudiaré los autos y posiblemente le visite en prisión» para concretar los términos de su testimonio ante el juez.

El joven llegó ayer por la mañana de Sevilla, ciudad en la que ha estado oculto durante estos días posteriores al hallazgo del cadáver de la víctima, un toxicómano de 52 años que vivía en Las Llamas y cuyo nombre responde a las iniciales de J.H.M., a quien sus agresores arrojaron al embalse para deshacerse del cadáver.

El acusado permaneció en los calabozos de la Comandancia de Zamora hasta su traslado a las 11.40 hasta el Juzgado para ser interrogado por la fiscal y el juez, a quienes se negó a contestar al acogerse a su derecho a no declarar. El que hasta ahora era el sospechoso más buscado por la Guardia Civil decidió entregarse voluntariamente el jueves, posiblemente aconsejado por su letrado ante la gravedad de los hechos que se le imputan y el violento final que sufrió la víctima, al que habrían apaleado antes de colocarle una bolsa de plástico en la cabeza y atado una piedra en los pies para lanzarle al agua entre los puentes de Manzanal, con el objetivo de hacerle desaparecer y no dejar rastro del cadáver.

Desaparición el 13 de septiembre

La familia de la víctima y sus vecinos de Las Llamas le echaron de menos en la mañana del día 13 de septiembre, desde bien temprano. Nadie parecía haberle visto por la zona desde la noche anterior.

Hallazgo en Ricobayo

La incógnita se despejó rápidamente. Un pastor daba avisó a media mañana de que había un hombre flotando en el embalse de Ricobayo. Bomberos y Guardia Civil acudieron a la presa próxima al puente de Manzanal, donde flotaba el cadáver con una bolsa de plástico en la cabeza. Tras un rescate complicado, se pudo identificar sin problemas al muerto: era el vecino de Las Llamas, un conocido toxicómano, con antecedentes policiales por tráfico de drogas.