Pedro Tomás Nevado Batalla (Cáceres, 1967), consejero de Administración Pública de la Junta de Andalucía será investido hoy Caballero Cubiculario en la ceremonia (capítulo) que se celebra a las 19.00 horas en la iglesia de San Ildefonso, junto con otros nueve hombres y cuatro mujeres.

-¿Cómo se ha gestado su ingreso en la Cofradía de los Caballeros Cubicularios?

-Aunque sea extremeño, soy profesor de la Universidad de Salamanca y por tanto mis vínculos con Castilla y León son prácticamente de toda la vida y también por supuesto con Zamora. Y coincide que un antiguo alumno, que además es un gran amigo y también otro compañero de la facultad son caballeros cubicularios y en su momento me dijeron si quería presentar mi solicitud para ingresar en la hermandad. Me pareció una idea magnífica habida cuenta que determinados valores y lo que es la propia identidad de los caballeros se identifica muy bien con mi manera de pensar, presenté la solicitud y he tenido la honra de ser admitido.

-En otro momento ser consejero de un departamento como Administraciones Públicas era de lo más llevadero, mientras que ahora es realmente difícil.

-La verdad que sí. Hoy me he encomendado a Santo Tomás Moro, que es el patrón de los gobernantes y de los políticos y hoy cuando sea investido me encomendaré también a San Atilano y San Ildefonso para que nos ayuden. Yo como cargo público la verdad es que me encomiendo al santoral. En fin, es difícil, pero creo que saldremos adelante. Con esfuerzo, sin duda, pero saldremos adelante.

-¿Cree que los planes de austeridad implantados en todas las administraciones van a funcionar, o visto lo que está sucediendo con España pueden surgir las dudas?

-Por decirlo gráficamente, yo creo que es un pulso que hay que mantener. Todos los planes de ajuste que se han elaborado en todas las comunidades autónomas y en los ayuntamientos son duros, severos, muy desagradables. Y en la medida en que son así la comprensión ciudadana queda comprometida. Pero de todas formas hay que confiar y hay que dejar un tiempo de desarrollo, porque si no le damos tiempo, si a la menor dificultad o contrariedad ya no seguimos adelante cometemos un error. Todas las autoridades, de diferentes partidos, que ahora mismo están y estamos tomando medidas, tenemos que transmitir confianza en que esta situación se tiene que resolver y se va a resolver.

-El asunto de la ordenación del territorio, que puede acarrear desaparición de pequeños municipios, ¿es necesario?

-La verdad es que este es un debate recurrente. Hay cuestiones que se plantean con mayor intensidad por la situación de crisis económica. Pero asuntos, por ejemplo, como la ordenación territorial, sobre todo la planta municipal, la existencia de más o menos municipios es una cuestión que se tiene que abordar. Porque ni ahora en tiempos de crisis ni por supuesto cuando superemos la situación podemos mantener la estructura administrativa sobre todo a nivel municipal, pero también autonómico, que se tenía hasta ahora. Porque el coste es insostenible. Pero es ahora en tiempos de crisis cuando nos damos cuenta que tenemos, por decirlo de alguna forma, un tejido adiposo administrativo que no nos permite reaccionar con la agilidad o la capacidad de reacción que sería necesaria. El debate ha estado siempre ahí, pero esto es como lo del cascabel del gato. Todo el mundo está de acuerdo con que hay que poner el cascabel al gato, pero nadie se atreve a abordarlo porque tiene un coste político. Y hasta ahora los partidos en general y también las autoridades administrativas no han querido asumirlo porque es una cuestión de puro coste político y para asumirlo tiene que estar basado en un nivel de madurez social importante. Porque los ciudadanos quieren vivir con un modelo de estado del bienestar importante, pero en fin, no se dan cuenta de que hay que pagarlo.

-¿Comunidades autónomas y diputaciones son el chivo expiatorio?

-Son críticas injustas. Ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas son estructuras administrativas útiles que además han hecho que se mejore la calidad de vida de los ciudadanos. El problema está en las personas que dirigen esos municipios, esas diputaciones y estas comunidades autónomas. No creo que sea una cuestión de la institución en sí, sino de cómo se gestiona y se procede con esas instituciones. Cualquier competencia mal utilizada va a generar a corto, medio y sobre todo largo plazo, un problema importante. Por eso lo vincularía a que hay que buscar una solución de generar una mayor madurez social que pueda reflejarse en una mayor madurez política de cada uno de los gestores que tienen encomendada la gestión.

-¿Se les da bien gobernar con el «permiso» de sus «antípodas», Izquierda Unida?

-La democracia tiene una serie de valores y principios básicos que trascienden de cualquier ideología. Y ese espacio de principios y valores comunes es el que está trabajando y se mueve este Gobierno (el extremeño), que está en minoría.