Los divorcios y separaciones se mantienen en los 321 procedimientos al año, consensuados en su mayoría, lo que se explicaría en parte por la crisis económica, puesto que esta fórmula permite evitar el coste que supone llegar a juicio y, por tanto, el tener que pagar el servicio de dos abogados y procuradores (uno por cada una de las partes que pleitean). El año pasado 164 matrimonios llegaron al consenso para disolver su vínculo legal, mientras que 135 optaron por acudir a un juicio.

El divorcio consensuado requiere un desembolso de 600 euros a cada uno de los integrantes del matrimonio que se rompe, mientras que si finalmente se llega a un juicio el gasto para cada uno de los implicados es de 1.500 euros, además del pago a un procurador.

«Obviamente, la crisis ha provocado que se prefieran los divorcios de mutuo acuerdo porque es mucho más barato y más rápido», ya que con la primera fórmula en un mes la pareja se ha disuelto si no hay hijos; si los hay, en dos meses, explica el director de Safe Abogados, Jaime Sanz, abogado matrimonialista que ha realizado el estudio. Cuando se opta por el pleito, se tarda en obtener una sentencia unos cinco meses.

Por lo que respecta a las separaciones, se redujeron doce. Se trata de un sistema al que se acude con menor frecuencia para romper la convivencia, puesto que no se produce la extinción del vínculo matrimonial, lo que impide al hombre y la mujer que estuvieron casados volver a contraer matrimonio. Y si deciden hacerlo, deben obtener antes el divorcio porque el matrimonio continúa vigente. Deberán, pues, volver a acudir al juzgado y abonar los servicios de un abogado para lograr la disolución del vínculo matrimonial.

Por último, el año 2011 concluyó sin que se produjera ninguna nulidad matrimonial, mientras que la mayoría de los divorcios y separaciones se tramitaron en juzgados de la capital; y en menor medida, de Benavente.