Leucemias y linfomas, dos de los cánceres que frecuentemente ven los especialistas en hematología son tumores con altas probabilidades de curación aunque todavía no en todos sus tipos, que son bastante variados, aseguró ayer en Zamora Jesús María Hernández Rivas, del hospital Universitario de Salamanca, presidente regional de la Sociedad de Hematología de Castilla y León. Unos noventa profesionales de la región y Extremadura se han dado cita en Zamora en un foro abierto además a los médicos en formación.

En la curación de leucemias y linfomas «se ha avanzado muchísimo, de manera que han sido algún tipo de linfoma ha sido el primer tipo de cáncer que se ha podido curar sin cirugía, con quimioterapia o radioterapia. Y a partir de ahí, bueno, la posibilidad de poder curar leucemias y linfomas, aunque desgraciadamente no todos los enfermos se curan, realmente hay una perspectiva de que bastantes pueden hacerlo». Eso sí, no es fácil, porque «el tratamiento es duro, no es sencillo, pero con todo son enfermos potencialmente curables en una proporción grande de casos. Y en algunos casos hay que acudir a tratamientos con progenitores hematopoyéticos, lo que se conoce popularmente como transplante de médula ósea, y esto también está abriendo muchas perspectivas de curación para los enfermos». En Castilla y León se hacen más de un centenar de transplantes de médula ósea anuales, «y eso es una cifra muy importante para la población que tenemos». Linfomas y leucemias son enfermedades que mantienen una incidencia estable, con quizá ligeros incrementos derivados del aumento de la esperanza de vida y mejores diagnósticos. «Hay un discreto aumento de alguna variedad de estos tumores, porque hay muchos tipos de tumores hematológicos».