El olvido de la Fiscalía de proponer como testigo de un procedimiento de violencia de género a la mujer que denunció haber sufrido golpes y haber sido retenida cuatro días en un piso por su exnovio ha obligado a la Audiencia Provincial a absolver al acusado, ya que la presencia en el juicio de la presunta víctima era «imprescindible como prueba de cargo para desvirtuar» la presunción de inocencia del imputado. Pero «ni se interesó que fuera leído» el testimonio que en su día prestó la joven ante la Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción, observan los magistrados.

Durante el juicio celebrado el ocho de mayo, el Tribunal provincial solo pudo escuchar al imputado en un delito de maltrato, otro de detención ilegal, una falta de daños y otra de injurias, el joven benaventano cuyo nombre responde a las iniciales R.M.A., quien negó haberse encontrado con su exnovia la mañana del 22 de junio de 2008, haberla arrastrado desde la calle de los Carros hasta la de Canapé para introducirla en su coche, golpearla en el rostro y llevársela a su piso, donde la encerró con llave durante cuatro días. El acusado llegó a decir que la denuncia de su expareja, que le había dejado un mes antes, se explicaba «por celos», ya que salía con una amiga de ella.

En la sentencia se indica que «la única prueba de cargo sobre los hechos denunciados radica en la declaración de la víctima, quien no fue propuesta como prueba para el acto del juicio oral y cuyo testimonio no puede ser suplido por los testigos de referencia», es decir, por quienes no presenciaron los hechos que se denuncian, ocurridos cuando la pareja estaba a solas. Los dos únicos guardias civiles que comparecieron en la vista oral no habían participado en la toma de declaración a la joven, eran el agente que recogió pruebas de sangre del vehículo y la que estaba en puertas en el cuartel de la Guardia Civil. La joven relató entonces que ya en el piso su excompañero la arrojó a la bañera y abrió el grifo del agua.