Las peticiones individuales por parte de las asociaciones culturales son esenciales para lograr el objetivo último de que la Unesco nombre a las mascaradas ibéricas Patrimonio Cultural Inmaterial. Así lo subrayó el diputado de Turismo y Asuntos Europeos, José Luis Prieto. «Las candidaturas a esta distinción parten del pueblo y tiene que ser él quien, a través de las iniciativas de los distintos colectivos y grupos, defienda su patrimonio».

Un largo camino en el que no estarán solos, ya que contarán con el apoyo de diversas instituciones, no solo la Diputación de Zamora, sino también el organismo provincial de Cáceres o las Cámaras de Lisboa y Braganza. «Una vez recogida esa iniciativa, se debe hacer una declaración parcial que pueda salvaguardar esa petición a la Unesco, para que siga su trayectoria hasta conseguir la denominación de Patrimonio Cultural Inmaterial», explicó el diputado, quien reconoció que se trata de un proceso «largo y complicado» pero en el que hay que avanzar «paso a paso».

Elemento esencial de este trabajo es el equipo que conforma la Red Ibérica, un grupo formado hace ya tres años y que se encarga de aglutinar a todos esas asociaciones culturales que representan las mascaradas ibéricas, extendidas no solo por pueblos de Zamora, sino también por León, Salamanca, Asturias, Galicia y noroeste de Portugal.

Paralelamente a este proyecto, las asociaciones de Zamora se han integrado este año a un proyecto denominado «Tradiciones precristianas: Mascaradas», un programa de la Unión Europea que cuenta con un presupuesto de 400.000 euros y en el que también participan grupos de Braganza, Hungría e Italia. «A través de este proyecto vamos a continuar con la difusión y defensa de este tipo de representaciones», apuntó Prieto. Con una duración de dos años, el programa incluye diversas actividades encaminadas a promocionar estas tradiciones ancestrales «para que sean conocidas a nivel internacional», indicó.

Desde la Diputación Provincial se recordó que la institución «ya ha dado pasos en ese sentido, poniendo los cimientos de lo que puede ser su evolución posterior, unos cimientos encaminados a sacar a la luz lo que eran representaciones que estaban muy localizadas en el invierno de los pueblos de Zamora, hacer que se acerquen al gran público».

Se trata de otro pequeño paso más, ejemplificado en el VII Festival Internacional de la Máscara Ibérica, para lograr el fin último de conseguir una protección mayor a través del amparo de la Unesco.