Ese sentimiento tan humano como es el sufrimiento, al que muchos no terminan de acostumbrarse, tiene su razón de ser en que sirve «para activar la solidaridad de los hombres. Si no, la sociedad dejaría de ser humana», según afirma el superior de la orden de Ministros de los Enfermos, el religioso camilo Francisco Álvarez Rodríguez, quien ayer participó en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA con una conferencia bajo el título «El sufrimiento humano: preguntas y respuestas saludables».

El religioso quiso alejarse de todo el aspecto negativo que conlleva este sentimiento «al que la sociedad actual tiene fobia» y que incluso se evita desde el campo de la pedagogía infantil. «A los niños también hay que enseñarles a enfrentarse al sufrimiento, no evitárselo, a partir de cosas tan sencillas como renunciar a pequeños caprichos o tener que hacer los deberes en vez de ponerse a jugar», ejemplificó el camilo.

Además, Álvarez Rodríguez afirmó que de este tipo de experiencias «siempre se puede sacar algo positivo, pues no todo es oscuro y también tiene su rostro luminoso, porque a menudo las experiencias más hermosas pueden ser también dolorosas, como ocurre, por ejemplo, con el amor», y resumió que el sufrimiento es «un apremio que urge a hacer algo, a tomar una actitud».

El conferenciante también ofreció en su charla claves para afrontar el sufrimiento y vivirlo «saludablemente». En este sentido, abogó por la aceptación de las propia finitud y vulnerabilidad, la aceptación de la soledad radical, que el sufrimiento es precio y condición para el amor, un campo de pruebas de los valores y al que hay que tratar de buscar un sentido. «Hay que encontrar algo que sea más fuerte que él, algo que nos pueda sacar gracia de la desgracia, porque hay sufrimientos que son el precio que hay que pagar», indicó.

Por último, el superior de la orden de Ministros de los Enfermos recordó que los cristianos tienen el mejor ejemplo de cómo afrontar el sufrimiento en la figura de Jesucristo y también en el Evangelio. «Él no vino a dar una explicación del sufrimiento, sino a asumirlo, amar hasta el máximo del sufrimiento y, sobre todo, proponernos actitudes saludables, como por ejemplo, luchar con el mal con las armas del bien o tener una actitud solidaria del sufrimiento ajeno», enumeró.