Los animales pueden ayudar a resolver problemas que tienen las personas. Es la tesis que defendió ayer en Zamora Gonzalo Giner, veterinario y escritor de éxito, que clausuró las jornadas del Colegio de Veterinarios de Zamora sobre el pasado, presente y futuro de la profesión. «Sócrates hacía recomendaciones sobre los beneficios que montar a caballo tenía sobre la salud, física y anímica», indicaba Giner, en un alto en la exitosa firma de ejemplares de sus obras más conocidas, como «El jinete del silencio» o «El sanador de caballos».

Actualmente la equinoterapia se ha desarrollado «con gran profusión y en este momento está consiguiendo éxitos bastante notables con niños autistas, con síndrome de Down o con problemas psicomotrices. Qué magia tiene un animal tan grande como un caballo para conseguir que una persona que tiene autismo se concentre mejor o huya en un momento determinado de su aislamiento».

El conferenciante explicó que «estamos descubriendo que muchos animales tienen unas capacidades que por ejemplo vienen fenomenal para ancianos. Hay trabajos muy serios sobre el trabajo con perros en asilos, o con personas que padecen problemas de depresión. Se sabe que mejora la presión sanguínea e incluso es una terapia que puede ayudar a la calidad de vida en el Alzheimer. Y eso lo hacemos con perros, con delfines, con caballos y con un montón de animales. De pronto descubrimos que el mundo animal que tenemos al lado, nos podemos servir de él y son capaces de darnos algo más. Nos los hemos comido, los hemos llevado a la guerra, les hemos hecho de todo y aún demuestran que nos pueden ayudar psicológicamente». A Gonzalo Giner fue la literatura la que le llevó a estudiar veterinaria. «La literatura me empujó a la profesión. Y pasados muchos años, ejerzo de veterinario todavía, pero me apetecía mucho escribir, contar cómo era nuestra profesión en la Edad Media, y así surgió la novela "El sanador de caballos", que es una forma de devolverle a mi profesión el favor que me hizo».

Previamente el turno de oradores le correspondió al político y veterinario Óscar Reguera, que centró su argumentación fundamentalmente en los nuevos campos profesionales que se abren a la veterinaria. Utilizó para ello una analogía entre la teoría de la evolución de las especies descrita por Darwin y lo que puede ser el desarrollo y evolución de la veterinaria dentro del contexto, del «ecosistema» de las profesiones y la sociedad actual.