La lluvia hacía presagiar una reducida participación, pero al final cerca de 2.000 personas secundaron la nueva cita convocada ayer por los sindicatos para protestar contra los recortes y defender los servicios públicos. Una cifra de manifestantes que, aunque fuentes policiales reducen a 500, demuestra que «la ciudadanía responde a pesar de que sea puente o con agua porque lo grave son los recortes que nos están lloviendo», según sostiene el secretario provincial de CC OO, Eugenio González. Antes del comienzo de la manifestación, que partió de la plaza de la Marina bajo un intenso aguacero, también reiteró que «hay otras fórmulas para salir de la crisis sin recurrir a recortes injustos y sin que siempre tengan que pagar los que menos tienen».

A la nueva movilización, la cuarta convocada por los sindicatos en defensa de los servicios públicos, «se sumarán otras muchas y más bruscas porque estamos dispuestos a salir a la calle hasta que nos hagan caso», según advierte la secretaria provincial de UGT, Nieves García. Tampoco quisieron faltar a la cita organizaciones agrarias como COAG, cuyo secretario general, Miguel Blanco, considera que los recortes del Gobierno de Rajoy «requieren una respuesta social porque no contribuyen a reducir el déficit público, sino que con la excusa de la crisis el Gobierno quiere desmontar el estado de bienestar». Según asegura, los efectos de estos recortes serán más notables en el medio rural, «donde la población mayor y más dispersa está más lejos de los servicios esenciales que se pretenden recortar», según afirma. En materia de Educación, Blanco considera necesario mantener las becas en el medio rural, más alejado de las universidades, mientras que en referencia a los servicios sanitarios, critica el pago del transporte sanitario no urgente al que tendrán que hacer frente los habitantes de los pueblos. En conjunto, Blanco advierte que «si no hay servicios sociales no hay juventud en el medio rural, en el que sólo quedarán los lobos, ciervos y jabalíes».

En el mismo sentido también se pronunció el secretario provincial de UPA, Aurelio Tomás, quien recriminó que «sean las clases trabajadoras las que paguen la situación actual cuando hay un montón de instituciones públicas que sobran, empezando por el propio Senado, que es una reserva de viejas vacas políticas». También reprochó la subida de los módulos que afrontan los agricultores y ganaderos y que los recortes en Sanidad y Educación «los hagan quienes nunca han usado estos servicios públicos».

Al margen de los representantes sindicales y agrarios, algunos ciudadanos que decidieron secundar la manifestación celebrada ayer también comparten su preocupación por el panorama de futuro. Este es el caso de Cristina Iglesias, profesora de profesión y madre de una niña. Según asegura, «lo más grave es el empeoramiento de las condiciones laborales que vamos a sufrir todos los trabajadores». Dentro de su sector profesional, asegura que «se va a producir un recorte de plazas y los que tenemos puestos fijos también vamos a tener peores condiciones por lo que bajará la calidad del profesorado y del alumnado». Otro manifestante, Agustín Otero, un proyectista de arquitectura en paro, asegura que «estamos retrocediendo tres décadas en los derechos adquiridos durante la época democrática» y considera que se equivocan «los que piensan que no les va a tocar porque tarde o temprano nos va a tocar a todos».

A la manifestación de ayer, secundada por partidos como el PSOE, Adeiza e IU, se sumará la prevista mañana, 1 de mayo, en conmemoración del Día Internacional del Trabajo.