Los 11.000 kilómetros que separan Zamora de Katmandú, en Nepal, los recorrerá el zamorano Javier Fariña Gonzalo haciendo autoestop y hospedándose en los domicilios de las personas que cedan su sofá a viajeros al formar parte de la red «couchsurfing» o bien bajo las estrellas, en iglesias o mezquitas. «Confío en la bondad y la solidaridad de la gente», remarca.

Este hombre los inviernos trabaja en las pistas de esquí de Benasque, mientras que el resto del año lo hace como operador de cámara o realizador de televisión en Madrid o Valencia. «Con la crisis la situación ha cambiado. Hasta ahora mi vida ha estado condiciona por el trabajo, algo que ya no es lo más importante», testimonia al tiempo que señala: «Con esta ruta, que tenía en mente desde hace mucho tiempo y que he concretado en invierno, pretendo mostrar que se puede viajar con poco dinero». Además, el zamorano quiere dar a conocer la otra cara de los lugares que conocerá. «Grabaré vídeos para que se vea cómo es esa población más allá de lo que se muestran en la televisión». Y es que este aventurero al saco de dormir y la esterilla sumará una cámara DSLR y una pequeña impresora, dado que durante el camino «seré fotógrafo ambulante e intercambiaré o regalé fotos de tamaño postal a las personas que me ayuden». También este zamorano pretende ir relatando su periplo en un videodiario con un resumen de cada etapa que colgará en su web y mantendrá el contacto mediante Facebook, Twitter y «periódicamente realizaré contactos directos a través de Skype», indica.

Sin fecha concreta para salida ni de regreso, puesto que está pendiente de visados, tiene claro que el viaje durará, al menos, tres meses. El itinerario arrancará, previsiblemente «en tres semanas», de Zamora rumbo a Barcelona para atravesar Francia por el sur, acceder a Italia por el norte, hacia Eslovenia. A continuación vendrán Croacia y Serbia para proseguir la marcha a través de Bulgaria, Turquía, Irán y posteriormente Pakistán, India para concluir en Nepal. «Sé que hay algunas zonas en las que puedo tener dificultades como al atravesar Pakistán, un país que recorro de oeste a este y también al pasar de esta nación hacia Irán, de hecho la embajada me ha indicado que tengo que cruzar la frontera por un punto concreto».

El plan de Fariña es emprender el camino diariamente «a las 7.00 horas de la mañana y viajar hasta las 17.00 horas parar y entonces buscar alojamiento». Por el momento se ha comunicado con personas en la lista de «couchsurfing» que viven en las zonas próximas a las fronteras. «Ya he contactado con un chico que vive en Pakistán» ejemplifica. Además, «a quien me acoja le cocinaré», indica.

Javier Fariña prevé gastar cinco euros al día en alimentación, mientras que ha programado emplear unos 1.500 euros para imprevistos. «Inicialmente la cantidad era de 1.000, pero al tramitar los visados me estoy dando cuenta de que son más caros de lo que esperaba y no sabía que en algunos países para entrar requerían de un seguro médico», atestigua este hombre que ha recorrido Marruecos haciendo autoestop.

Para conseguir todo el dinero que precisa Fariña Gonzalo ha dado a conocer su iniciativa a través de una web (http://javifari.jimdo.com) e incluso ha organizado un mercadillo en su casa para intercambiar desde libros, discos o películas a cambio de los productos que requiere y que ha publicado en su web. «Necesito cosas muy específicas por lo que he decidido que se lleven lo que quieran, me den el dinero que estimen y yo lo adquiero». Por el momento ha contado con la colaboración de sus más allegados, de vecinos del Alto de San Isidro e incluso de una chica de Salamanca «que conoció la iniciativa, le gustó y quiso colaborar», un gesto que han hecho varias empresas de los Pirineos que le han facilitado la mochila o el calzado que empleará.

Sus familiares al principio acogieron «con miedo» su iniciativa, pero «tras conocerla en profundidad me respaldan incluso más de una persona ha querido sumarse, pero es un proyecto muy personal», sentencia el viajero.