El presidente de la Diputación, Fernando Martínez Maíllo, llevará el peso de las negociaciones con los grupos parlamentarios en el Congreso para que presenten enmiendas a las cuentas del Ejecutivo de Rajoy y recupere la partida destinada a obras dentro de los ya célebres Planes Provinciales. Lo hará bajo su responsabilidad como vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) a través de una serie de reuniones entre hoy y mañana, fecha en la que finaliza el plazo para incluir alternativas a los números del presente ejercicio estatal.

La negociación la reveló ayer el propio Martínez Maíllo en el transcurso del pleno ordinario de abril. El Partido Socialista instó al presidente a pelear por la parte de los Planes que corresponde al Estado -un 14%- y la portavoz, Rosa Muñoz, apuntó que «los 83 millones de euros» que habilita el Gobierno para estos fines «son asumibles».

Aludido por las constantes referencias de la oposición a los Planes -uno de los pilares de la institución provincial- el máximo responsable aclaró que lo primero será conocer si finalmente hay aportación estatal y, después, «tenemos que saber cuánto dinero va a destinar la Junta» a estos fines. A partir de ahí, La Encarnación elaborará una posible partida destinada a realizar obras en los municipios. Aunque este extremo está en el aire, porque el propio Maíllo anunció en la mañana de ayer que las cuentas de 2012 -que actualmente elabora el diputado Aurelio Tomás- «llevarán a la Diputación más de diez años atrás». Un aspecto lógico si se divisan los recortes que Mariano Rajoy está llevando a cabo en los Presupuestos Generales.

En todo caso, el equipo de Gobierno provincial garantizó «cualquier obra básica y urgente» que necesiten los municipios de Zamora. «No se va a hacer un ayuntamiento, pero sí una obra de abastecimiento», ejemplificó. En este punto, la oposición censuró el decreto que la Diputación ha firmado para impulsar la construcción de una piscina climatizada en Morales del Vino, y que establece una subvención de unos 700.000 euros en varias anualidades para permitir esta instalación. «Espero que hable del agua del grifo y no la de la piscina de Morales», le espetó la socialista Rosa Muñoz.