La Cofradía de Jesús del Vía Crucis tiene previsto trasladar el resultado de la votación sobre el acceso de las mujeres que se llevó a cabo el pasado Martes Santo al Obispado, con el fin de que la máxima autoridad conozca la opinión de los hermanos, realidad clave para la redacción de los nuevos estatutos con la adaptación al documento marco. En el capítulo que hace referencia al acceso, la Iglesia habla de fieles, y no de varones o mujeres de manera exclusiva.

Tras realizar el sondeo en los instantes previos a la procesión, la cofradía recogió los votos del millar largo de hermanos que participaron en el desfile y el recuento tuvo lugar el Lunes de Pascua. Así, la directiva ha podido conocer la opinión de la hermandad para «orientar» la futura redacción de los estatutos. Tal y como apuntó el presidente, Pedro García, el resultado de las urnas no trascenderá al tratarse de un trámite interno.

Serán los propios miembros quienes conocerán la voluntad mayoritaria en la asamblea extraordinaria que la cofradía fijará para el próximo mes de octubre, que tendrá como orden del día sacar adelante el nuevo reglamento que regule el futuro del Vía Crucis.

Pese a tener una idea clara de lo que opinan los hermanos sobre la futura entrada de las mujeres, la votación «no es vinculante». Solo servirá como orientación para la redacción de los futuros estatutos. Y es que la directiva de la cofradía sostiene que cualquier decisión que tome la hermandad «esta sujeta» a la decisión final del Obispado.

El Espíritu Santo, del «No» al «Sí»

La Hermandad Penitencial del Espíritu Santo expresó en la asamblea que abordó la redacción del nuevo estatuto su negativa a admitir a mujeres. En una ajustada votación, los hermanos dieron su visto bueno a salvaguardar la exclusividad masculina. Sin embargo, el Obispado ordenó a la hermandad modificar el estatuto en este punto para permitir la entrada de féminas. En los últimos dos años, muchas mujeres -sobre todo niñas- han pasado a formar parte de la cofradía.

El exhorto a Las Capas

Parecido fue el caso de la Hermandad de Penitencia, que decidió blindar la pertenencia a los hombres. Sin embargo, el obispo envió un ya célebre exhorto a Las Capas para que admitiera a las mujeres. Asumida la orden del Obispado, la propia alcaldesa, Rosa Valdeón, fue de las primeras mujeres que se inscribió. Sin embargo, la larga lista de espera de una hermandad de tan solo 150 miembros impedirá ingresar a las féminas en varias décadas.

La «fusión» de Jesús Nazareno

En una larga y complicada negociación, la Cofradía de Jesús Nazareno consiguió el visto bueno de la Iglesia a la fusión de la sección de Damas de la Soledad con la hermandad matriz. Todo pese a la oposición de las mujeres, que abogaron por mantener su independencia e incluso lograr una absoluta autonomía. Actualmente, Jesús Nazareno cuenta con 9.000 hermanos, más de 5.000 hombres que desfilan el Viernes Santo y casi 3.500 mujeres que lo hacen un día más tarde.

La negativa de la Tercera Caída

La Hermandad de la Tercera Caída fue la última en abordar el cambio de estatutos. Los hermanos ni siquiera trataron la inclusión o no de las mujeres en sus filas.