Un vecino de Moraleja del Vino podría entrar en prisión acusado de haber puesto en peligro la integridad física de peatones y ciudadanos en Moraleja del Vino, tras emprender una huida «a gran velocidad» tras ser detectado en la Plaza Mayor por la Guardia Civil cuando conducía a pesar de haber perdido todos los puntos del carné, delitos por los que se le exige una pena de dos años y nueve meses de prisión. Además, la Fiscalía le exige 7.200 euros de multa y seis años de retirada del carné.

El hombre, cuyas iniciales son M.P.A., llegó a alcanzar los 160 kilómetros por hora por las calles estrechas de Moraleja, sin tener en cuenta que había mucha gente en las terrazas de los bares y en la calle al ser un día de verano, el 14 de julio de 2010, ni reparar que pasó delante de la entrada de una residencia de ancianos a excesiva velocidad. Realizó un adelantamiento con el que forzó al otro conductor a dar volantazos y los propios guardias decidieron dejar de perseguirle «por el riesgo» que suponía para su propia integridad física y «la circulación» continuar tras el fugado, declararon ayer. Los agentes ya le habían identificado cuando se lo cruzaron en una calle estrecha del casco urbano de la localidad a pesar de que el acusado trató de ocultar su cara con una mano, momento en el que le dieron el alto para que parase porque sabían que no disponía de carné. Pero el conductor no detuvo su marcha ni cuando los guardias pusieron las sirenas y rotativos, ni cuando le pitaron.

El imputado negó ser quien conducía el vehículo, un BMW propiedad de su padre, a las 20.00 horas del 14 julio de 2010, a dos meses de cumplir una condena judicial consistente en la retirada del carné. Sostuvo que no cogía el coche al tener retirado el permiso de circulación, y que acudía a trabajar cada día con su hija, vecinos, amigos o compañeros que le acercaban hasta la empresa y le llevaban a su casa. Para sostener su declaración apuntó que trabaja más allá de las nueve de la noche en verano, lo que confirmó alguno de los testigos llamados a declarar por su abogado, aunque ninguno pudo afirmar que ese día le vieran salir del trabajo a última hora. El procesado manifestó que el vehículo con el que supuestamente cometió los delitos de que se le acusa lo conducen diferentes miembros de su familia y que el día en que ocurrieron los hechos el coche «estaba en Zamora, en casa de mi hija».