Periodista y escritora

La periodista y escritora Carmen Gurruchaga ha decidido rescatar la trayectoria de Rodrigo Rato como ex ministro de Economía del Gobierno de Aznar en un libro que presentó ayer ante el público zamorano.

-¿Por qué surge la idea de escribir este libro en el momento actual y qué imagen quiere transmitir del ex ministro de Economía Rodrigo Rato a los lectores?

-Rodrigo Rato me parece un personaje fascinante y creo que es una de las figuras más interesantes en el panorama político español. Es verdad que en el momento que surge el libro España estaba viviendo el principio no de la crisis, sino de la profunda crisis que tenemos ahora. Por eso es por lo que recuerdas con cierta melancolía o nostalgia los ocho años en los que España estaba en el concierto internacional y era reconocida internacionalmente. Aquel Gobierno, con el tándem formado entre Rato y Aznar, había logrado realizar lo que se ha llegado a llamar milagro económico teniendo en cuenta que en el 97, cuando se va González, España estaba sumida en una crisis profundísima económica y de valores tras casos como el del Gal. Sacaron el país adelante y esa cierta nostalgia y esperanza junto a esa figura que me fascina generan el libro.

-En su libro repasa la etapa de Rodrigo Rato en el gobierno de José María Aznar, ¿cuál cree que fueron claves de su política económica?

-La clave fundamental fue el equilibrio económico, el tope de gasto, el no gastar más de lo que se ingresa y que al final el balance de la cuenta española fuera cero. Hubo un superávit que se destinó a la Seguridad Social, pero en ningún caso hubo déficit porque por ley se prohibió. Los ocho años de Zapatero han sido tan nefastos porque, en mi opinión, las políticas económicas son diferentes. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, secretario de Estado del gobierno de Zapatero y ahora presidente del Banco de España, suprimió la ley de estabilidad presupuestaria, con lo cual las comunidades autónomas empezaron a gastar desaforadamente y el gobierno central también. No había control ni límite, las políticas eran otras y consideraban que el déficit era bueno, algo que, en mi opinión, es una mala interpretación de las políticas de Keynes porque él lo que dijo es que el gasto productivo de un Estado en inversiones productivas es bueno, pero no el déficit.

-En el libro destaca el buen hacer del ex ministro de Economía pero ¿tuvo también algún punto débil?

-Esa pregunta se la hice a Rato. Es verdad que el crecimiento fue tremendo y se crearon muchos puestos de trabajo. Entre los años 2001 y 2003 hubo una crisis en todo el mundo y en España no la hubo porque las políticas aplicadas permitieron amainar el temporal, aunque se dejó de crecer al 4% y se pasó al 2%. También es verdad que se crearon cerca de medio millón de empleos. Respecto a la burbuja inmobiliaria, Rato asegura que no es solo inmobiliaria, sino de consumo porque en aquel entonces todo el mundo se compraba casas, ropa, o coches. Al preguntarle por qué no la hicieron estallar, él contesta que hacerla explotar es mucho más caro que dejarla explotar por si sola. Por eso ellos eran conscientes de que cuando hay un crecimiento grande se produce una burbuja pero no sólo inmobiliaria, sino de todo el sistema y cuando estalla afecta a todo.

-Se habló de una posible integración de Rato en el gobierno de Rajoy aunque finalmente no ha sido así, ¿cree que tenía que haber formado parte del actual Ejecutivo?

-El no quiere volver a la política, aunque se lo he preguntado de todas las formas posibles. Mantiene una muy buena relación con Mariano Rajoy y dice que le tiene una deferencia especial. Siempre que hay algún acto del PP, Rato asiste pero su respuesta a un posible regreso a la política es un no rotundo.

-¿Cree que la reforma laboral recoge medidas adecuadas para responder a la crisis?

-Yo creo que España necesitaba desde hace muchos años una reforma laboral pero ningún gobierno se había atrevido a abordarla, tampoco el de Rato y Aznar porque en España teníamos los 45 días por año trabajado como algo tabú. A eso se suman los sindicatos, que a mí no me gusta cómo funcionan en España, para mí son sindicatos de clase alta. Si aún así el gobierno de Rajoy se ha atrevido a emprender una reforma laboral también ha sido por las circunstancias. Si las circunstancias hubieran sido otras y no tuviéramos a Europa mirándonos con lupa no sé si el gobierno de Rajoy se hubiera atrevido con la reforma laboral, a lo mejor la había dejado pasar pero con la lupa de Europa mirándonos no le ha quedado otro remedio que hacer esa reforma.

-Existe cierta descoordinación entre los miembros del gobierno con declaraciones contradictorias y con medidas complementarias a los presupuestos como el un nuevo recorte de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación, ¿qué opina al respecto?

-Entiendo el recorte porque creo que en este país hay duplicidad y triplicidad de servicios. Yo siempre pongo el ejemplo de la mujer maltratada porque me avala una trayectoria feminista y nadie puede pensar que no quiero que sea atendida, sino todo lo contrario. Yo he tenido un caso de maltrato grave muy cerca y recibió muy buena atención sanitaria y luego las tres administraciones, la estatal, autonómica y local, le prestaron ayuda de todo tipo. No hay nadie más a favor que yo de que se le preste ayuda a una mujer con necesidades, pero a través de una sola administración, no de tres. Si aplicamos el principio constitucional de igualdad ante la ley y que todos tengamos la misma sanidad y educación se va a ahorrar. El estado de autonomías, excepto para Cataluña y País Vasco, no fue concebido como 17 reinos o estados sino como una descentralización administrativa para acercar la administración al administrado, pero no para hacer 17 pequeños estados a imagen y semejanza del estado central. Eso no existe en ningún otro país de la Unión Europea.

-Tampoco hay uniformidad sobre esta cuestión porque mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se muestra partidaria de transferir al Estado las competencias de Educación y Sanidad, otras comunidades lo descartan.

-El propio presidente del Gobierno ha dicho que no, pero alguien le tendrá que poner a ese gato el cascabel porque mientras eso no lo solucionen no se arregla el problema de la crisis. De hecho, la gran preocupación de Europa respecto a España no es que no se fíe del gobierno central, sino que no se fía del gasto autonómico, del elefante que tenemos en las autonomías que consume y gasta.

San Sebastián, 9-9-1955

Licenciada en Ciencias de la Información, Carmen Gurruchaga comenzó su actividad profesional en San Sebastián, en el Diario Unidad, y luego en Diario 16. En 1989 participa en la fundación de El Mundo y dirige su edición para el País Vasco. Fue contertulia en Radio Nacional de España entre 1997 y 2000. En 2002 presentó durante una temporada el programa de Antena 3 «El primer café». También en 2002, se convierte en columnista habitual del periódico La Razón. Desde 2004 colabora con el programa de Onda Cero Herrera en la Onda, entre 2007 y 2011 en el espacio de debate de Telemadrid «Madrid opina» y desde 2010 en «El gato al agua», de Intereconomía.