Una madrugada cargada de tradición, un desayuno potente y el mítico Cinco de Copas se mezclan con el bullicio nocturno en la que podría denominarse la noche más larga del año. Tras una fría madrugada en vela, zamoranos y turistas acuden hoy, si el tiempo no lo impide, a la llamada del Merlú. Es el aviso de que los cofrades del Jesús Nazareno toman a hombros en la iglesia de San Juan de Puerta Nueva el mítico grupo escultórico Cinco de Copas al son de la marcha fúnebre de Thalberg, todo un himno de la Semana Santa de Zamora. Así es el inicio de la procesión más larga de la Pasión, siempre con el permiso de la meteorología. Si las condiciones son óptimas, el desfile no concluye hasta pasadas las 13.00 horas tras un descanso en las Tres Cruces.

La avenida se convierte en una pasarela de religiosidad, escultura y tradición gastronómica a base de chocolate con churros o porras y sopas de ajo. Los bares de la tradicional vía zamorana despiertan más pronto que nunca para ofrecer a congregantes y participantes el caldo con el que calmar el frío de la madrugada del Viernes Santo. Días atrás, los establecimientos hosteleros anunciaban sus ofertas, casi siempre, con regalo de tazón y cuchara incluido.

La Virgen de la Soledad es la principal imagen de devoción de la cofradía. Tanto es así que ayer mismo y, a pesar de la lluvia incesante, la iglesia de San Juan fue testigo de múltiples colas de fieles deseosos de adorar la imagen de la Virgen y ver más cerca que nunca el tradicional Cinco de Copas.

Un año más, el tiempo y la lluvia se convierten en el peor aliado de la Semana Santa. Este año las condiciones meteorológicas se han cebado con Zamora al igual que ocurrió el pasado año, cuando el desfile procesional de la madrugada del Viernes Santo tuvo que acortarse y apenas duró unas horas.