Entre los vaivenes del impredecible tiempo actual, la Cofradía de San José aprovechó los últimos rayos del sol de invierno para sacar por las calles de la margen izquierda al santo en su día más señalado. Previamente, tanto los cofrades como el resto de San Frontis se reunieron en el templo parroquial para celebrar la tradicional misa con las palabras del capellán José Ángel Rivera. No faltaron ni los representantes de las cofradías vinculadas a la parroquia ni el propio Ayuntamiento, representado en la persona de Ricardo Ferrero, concejal de Participación Ciudadana.

Con las agujas del reloj rozando el mediodía, la recién remozada iglesia del barrio abrió sus puertas para sacar a hombros las imágenes de San José y la Virgen del Triunfo, que ya el año pasado estrenó manto y banderín en un esfuerzo de la directiva de esta modesta hermandad por recuperar sus orígenes, con más de 135 años a la espalda. El sol propio de una mañana dominical y la devoción por el padre de la Iglesia y de los seminarios hizo que decenas de vecinos dieran calor al desfile de San José, punto y final al puente festivo previo a la Semana de Pasión que ya se acerca.

«Para los cofrades, este día supone la obligación de dar solemnidad a la festividad del santo», asumen los hermanos de la cofradía, compuesta por 42 miembros que cumplen la obligación económica de abonar una cuota anual de cinco euros. Lo más curioso es que la mayoría de ellos nacieron en la margen izquierda, pero viven fuera. La festividad de San José supone para ellos la obligación de reencontrar sus r'aíces y de sacar «con la mayor solemnidad» las dos imágenes que componen una bonita postal que tiene la torre del Salvador de la Catedral de la ciudad como invitada. Ayer, de nuevo, los hermanos brindaron en las calles por la larga vida de una cofradía centenaria.